CONTRA el "recortazo", un buen "recitalazo", y estoy que lo rompo inventándome palabras. Los organizadores del 42º Festival de Ópera de Tenerife han logrado sacarlo adelante con pocos recursos, pero lo importante es que lo han conseguido con material de la tierra, con cantantes consagrados en el panorama internacional y con jóvenes que vienen pisando fuerte. Tenemos una de las mejores canteras de cantantes líricos de España, y estamos sobrados para hacer temporadas de ópera sin el concurso de foráneos. Espero y deseo que las autoridades entiendan el mensaje, y que el público comprenda que hay que darles una oportunidad para crecer escénicamente.

En 2002 Celso Albelo participó en el Festival de Zarzuela de Tenerife con dos pequeños papeles en "La Parranda" y "La Dolorosa". El director artístico del Festival, Jorge Rubio, le propuso hacer una audición, y con él al piano cantó un aria de Werther, como los ángeles. Después interpretó más cosas, y siempre con soltura, corriéndole la voz con facilidad. Los presentes nos quedamos con la boca abierta, y le dijimos que tenía que salir pitando para Madrid. Carmen Quintana, jefa de Producción, consiguió que lo aceptaran en la Escuela Superior de Canto, y en menos de tres años, esta gran promesa se convirtió en realidad. Debutó en La Coruña, y disfrutamos de él en un "Don Pascuale" en el Auditorio, pero en apenas 10 años de carrera se ha convertido en una de las grandes voces de la lírica internacional, siendo distinguido como el mejor tenor del mundo. Quizás se me vea el plumero con los elogios, siento una enorme admiración por este joven humilde y sencillo.

Cuando tenía 17 años comencé a trabajar en unas oficinas en Santa Cruz, y allí compartí labores con la buena de María Imelda. Años después me enteré de que aquella maravillosa señora era su abuela. Compartimos 38 años de faenas, y se ganó mi afecto desde el primer día, por eso me hizo mucha ilusión verla en el Auditorio el sábado 20, porque además de apoyar a su familia, a su nieto, es una gran mujer, honesta y seria, a la que deseo todo lo mejor.

¡Qué decir del "conciertazo"! Celso afrontó el difícil reto del programa con un empaque y seguridad asombrosa, abordó cada una de las arias con una fuerza inusitada, entrega total, y desbordando todas las expectativas. Se ganó el aplauso y simpatía del público desde la primera, y fueron cayendo una tras otra, sin tiempo de calibrar en cuál había estado mejor. Dio lo mejor de sí mismo en los bajos, medios, altos, agudos..., todas las notas con una exquisita musicalidad, y una gran fuerza y entrega que enmarcaron la noche. Elegir uno de los números musicales es muy difícil, pero podría quedarme con la interpretación del aria de "Anna Bolenna", de Donizetti. Hacía mucho tiempo que no la escuchaba, la rebuscaré en mi archivo discotequero, porque en ella Celso mostró una voz envidiable, llena de matices, colores, sin fisuras, y demostró una entrega sin límites que lo define como un gran artista. Le acompañó musicalmente una magnífica OST, muy bien dirigida por el maestro Miguel Ortega, que estuvo soberbia en cada una de las oberturas que interpretó.

Me alegró la presencia de políticos, no suelen acudir a ningún evento cultural. Reconocí entre el público al presidente del Gobierno, el del Cabildo, algún consejero, y otras autoridades. No les queda más remedio que admitir los esfuerzos que las distintas organizaciones vienen realizando, ópera, zarzuela, conservatorios, escuelas de música... Podemos presumir en Canarias de grandes voces líricas, pues ellos reivindican su tierra allá dónde van. La cultura musical, y en especial la clásica, da prestigio, por lo que omitir sus ayudas es un gravísimo error.

Mi enhorabuena a Celso (gracias por esos besos volados), y sigue llevando el nombre de las Islas por esos magníficos escenarios mundiales que estás pisando.

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