Cuanto mayor es el poder, tanto más peligroso es el abuso (Edmund Burke).

El semanario alemán de prestigio acreditado Der Spiegel se ha referido en su edición de 2 de abril de este año a la alcaldía de Madrid como ejemplo de actuación de cargos políticos que gestionan alegremente el dinero público mientras España lucha por reducir su déficit pidiendo sacrificios a los ciudadanos, llamándole la atención, con gran asombro, que la remodelación del emblemático edificio que hoy alberga al Ayuntamiento de la capital de España supuso a los madrileños nada más y nada menos que unos 500 millones de euros. Se trata de lo que anteriormente fue Palacio de Comunicaciones y sede estatal de Correos y Telégrafos, permitiendo que el despacho de la alcaldesa, Ana Botella, sea mayor que el oval de la Casa Blanca del presidente de Estados Unidos. Der Spiegel informa de que la alcaldesa de la Villa y Corte dispone de 260 asesores y personal de confianza que reciben de la hacienda municipal madrileña una media anual de 60.000 euros, más de 15 millones de euros al año, disponiendo el Ayuntamiento de unos 267 coches oficiales, más que todas las capitales de los países de la Unión Europea juntas.

Ante la publicación de estos datos quiero creer que el semanario los habrá contrastado con total garantía, y si no es así tardando está Ana Botella en denunciar lo contrario y exigir una rectificación para quitarse de encima un sambenito que no hará ni pizca de gracia a los madrileños que tengan conocimiento de lo que tanto ha sorprendido al semanario alemán, que de esta manera muestra con todo detalle los excesos de una alcaldesa en medio de la situación de penuria que atraviesan los ciudadanos españoles, con un porcentaje alarmante de pobreza y una tasa de paro sin precedentes, cercana ya a los seis millones de desempleados, de los que aquellos que tengan más de 45 años saben que difícilmente conseguirán trabajo. En cualquier caso, aspectos concretos que denuncia Der Spiegel, como el hecho de que está contratado un trabajador cuyo único oficio es servir el café a la alcaldesa y sus invitados, o sea, algo así como un mayordomo, cuesta mucho en el día de hoy entender que pueda suceder, y prefiero pensar que atenderá otros menesteres. ¿Es cierto que, como señala Der Spiegel, el Ayuntamiento de la capital debe más de mil millones de euros que corresponden a 16.712 facturas pendientes de 2011? Siendo así no es nada desacertado considerar a Madrid como la ciudad más endeudada de España, por lo que Der Spiegel también se ha referido al antecesor de Ana Botella y actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, al que ha calificado como una persona con gustos lujosos que convirtió el Ayuntamiento en el más endeudado de España, unos 6.450 millones de euros, herencia envenenada que dejó a Ana Botella.

Mientras se somete a los ciudadanos españoles a todo tipo de recortes sociales, los concejales del gobierno municipal madrileño perciben una retribución anual bruta de 93.828 euros y la alcaldesa de 101.978, 23.000 euros más que el presidente Mariano Rajoy, claro que esas cantidades son las que reflejan los presupuestos, pero averiguar todos los demás emolumentos extras, directos e indirectos, sería una tarea que no le deseo ni al amigo Sherlock Holmes. Claro que así se comprende que Ana Botella haya sido abucheada en un acto muy entrañable para los madrileños, la ofrenda floral a la Virgen de la Paloma, en la que recibió pitos y rechazo por unos 200 ciudadanos, en su mayor parte bomberos y trabajadores públicos, siendo el piropo más escuchado a su llegada a la iglesia el de "sinvergüenza".

Hay un detalle en el que discrepo con el semanario alemán, cual es considerar que el único mérito de Ana Botella es ser la esposa del expresidente del Gobierno del Partido Popular, José María Aznar, creo que no, tiene otros más llamativos, como la pirueta, por supuesto democrática, que ha hecho para llegar a alcaldesa sin encabezar la lista electoral, para lo que Rajoy ha tenido que hacer ministro de Justicia al cabeza de lista, Alberto Ruiz Gallardón, con lo que el presidente del Gobierno ha servido en bandeja la alcaldía a Ana Botella.

Y hablando de Madrid, acabo el artículo apesadumbrado por la desgracia de tres jóvenes que buscando diversión la noche de Halloween encontraron la muerte aplastadas al producirse una avalancha humana en una fiesta, resultando otras dos gravemente heridas. Urge, una vez más, garantizar las medidas de seguridad en este tipo de eventos cerrados multitudinarios.

jvicentegbethencourt@yahoo.es