Las dificultades que padece la nación, en general, y en particular Canarias, no tienen solución si no hay unidad política. Culpando a papá Estado por los recortes u otras acciones que no son del agrado de quienes nos vemos perjudicados se cubre la espalda el Gobierno canario. Es en estos momentos cuando se tiene que notar la capacidad de los políticos, intentando trabajar unidos por una misma causa, sin mirar siglas ni color de partidos, solo con el objetivo de sacar a Canarias de la situación deplorable en que se encuentra.

De poco vale que se culpen unos a otros si no hay soluciones viables y consensos unidos para trasladarlos al Gobierno central exigiendo razonablemente otras políticas que ayuden a paliar la grave situación canaria; no olviden sus señorías que, mientras estos se enfrentan intentando cada uno tener su razón, el pueblo está sumido en una gran crisis social, Canarias está al borde del precipicio. Jamás se pensó que desde la clase media hacia abajo se llegara a una situación tan extrema de pobreza.

Seguro que habrá soluciones; siempre y cuando los políticos sean capaces de tener un mínimo de sensibilidad trabajando todos unidos. Y ante tanto recorte, ¿por qué tienen que ser sanidad y educación las grandes sacrificadas? ¿Acaso no hay otras áreas?

No quiero pensar que el disparate del pacto CC-PSOE (este último el gran perdedor en las elecciones) esté pasando factura, pero al margen de tamaño error político es urgentísimo que, de una vez, los partidos unifiquen criterios y se pongan el mono del trabajo para sacar adelante a la comunidad canaria. Al PP canario decirle que en esta situación no siempre es bueno acatar lo que dice su Gobierno central, menos cuando nuestra tierra está padeciendo uno de los peores momentos de su historia. Han sido votados con otros grupos políticos para defender primero nuestra tierra canaria y sus habitantes. Al ministro Soria, que demuestre que es canario. No se trata de regalar nada, sino de dar lo justo a una comunidad muy singular dentro del marco nacional; además, sin propiciar divisiones entre ambas provincias dando más a una que a otra.

Antonio Expósito Mesa

(La Orotava)

El derroche no tiene freno

Los ejemplos de derroche que nos dan, un día sí y el otro también, los políticos que tenemos en España no tienen freno, aunque estemos atravesando la crisis más aguda. No tienen conciencia del dinero que despilfarran, y esto sucede porque les falta espíritu democrático, por una parte, y por otra, porque no han asimilado el papel de servidor, de administrador, que deberían tener, sino que le han usurpado la soberanía al pueblo y se han constituido en dueños y señores de la vida pública.

Recuerdo que en mis años mozos, durante la dictadura de Franco, alguna vez oímos a los simpatizantes del régimen decir que España no estaba preparada para una democracia. Aquello nos sonaba a una justificación de la situación reinante, y no le dábamos otro valor. Pero hoy, mal que me pese, estoy sospechando, ante la situación actual, que quizá no fueran tan descaminados los que pensaban de esa manera. Y eso lo digo porque a la clase política que nos ha tocado soportar le viene muy largo el traje de la democracia. No ha entendido bien su papel en esta comedia.

En estos días, el Senado, ha mandado no sé a que informáticos a que le confeccionen una página web. Hasta ahí me parece bien. Lo que no es de recibo es que en esa paginita se hayan gastado la friolera de 500.000 €. Esto es un derroche que no tiene nombre. Los técnicos entendidos en la materia afirman que nunca debería haber sobrepasado los 100.000, pero que lo normal es que su precio final fuera de 50.000. Otra florecilla del Senado. Resulta que en sus presupuestos hay una partida de 300.000 € para traductores. No, no me he equivocado, he dicho bien, para traducirle a sus señorías, que hablan todos castellano, las intervenciones hechas en otros idiomas, como catalán, vasco, gallego...

Juan Rosales Jurado

(Los Realejos)