Unas 50.000 personas participaron ayer en el primer día de la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados, uno de los actos más multitudinarios y emotivos de las Fallas en el que 60.000 ramos de claveles van tejiendo el dibujo decorativo de la manteleta típica valenciana que este año luce la patrona de la ciudad.

Durante dos días, hasta 100.000 falleros y músicos participarán en este sentido acto en el que los ramos de claveles, principalmente blancos y rojos, aunque también amarillos, van a ir pincelando el diseño del manto que vestirá la Virgen y que ese año lleva por título "Vistiendo a mi reina".

Se trata de un impactante diseño floral de Marisol Burgos que viste figurativamente con una típica manteleta del traje tradicional de valenciana a "La Geperudeta", el apelativo cariñoso que recibe la patrona de Valencia por la ligera joroba que presenta al mirar hacia abajo para dar protección a "locos y desamparados".

Por segundo año, Burgos ha sido la encargada de diseñar el manto y ha vuelto a contar con la colaboración técnica del José Santaeulalia, mientras que la coordinación de la composición ha recaído de nuevo en Pepe García.

Las falleras y falleros, tanto infantiles como adultos, han desfilado por dos itinerarios, con paso alternativo, para confluir en la plaza de la Virgen ante su imagen.

Cientos de personas, muchas de ellas ataviadas con el tradicional pañuelo fallero, bien al cuello o bien en la cabeza, se han congregado a lo largo del recorrido de la marcha de los falleros y falleras, a los que han animado con aplausos, piropeado y fotografiado.

A camino entre el desfile cívico y el religioso, la Ofrenda de las Fallas está salpicada de guiños humanos como los protagonizados por grupos familiares que llegan a reunir hasta tres generaciones, abuelos, padres y nietos, con el único fin de rendir devoción y ofrecer su plegaria a su patrona.