¿Pero, cómo va a hacer autocrítica de su gestión un presidente de Gobierno que tiene los hospitales públicos cerrados o a medio construir, que ve aumentar indefinidamente el número de personas sin empleo, que tiene a cero el nivel de la enseñanza, la educación y de otros servicios, además de ya hacer pasar a gran parte del pueblo hambre y las más elementales necesidades? Ni siquiera ha cumplido con su obligación de dar cuenta al pueblo de los gastos que hizo en su viaje a Bruselas, con dos acompañantes, una secretaria y un jefe de Prensa, en 2013. En el debate del martes último sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Canarias, en el que debía dar cuenta de su gestión en el último año, dedicó la mayor parte del tiempo a mencionar, a manera de anuncio, varios planes de futuro y ni un error en la gestión. Con tales antecedentes, ni sus aliados socialistas ni los propios miembros de su partido nacionalista, Coalición Canaria, se tragaron las diez medidas apuntadas por Rivero en materia social para poner fin a las largas listas del paro y la falta de medios para llevar a cabo una situación medianamente estable. El discurso de Rivero se transmitió por TV, en emisión diferida durante la noche del martes. Publicó este diario que, mientras el presidente explicaba en el Parlamento sus diez medidas sociales, un restaurante de la capital servía gratuitamente una comida a un grupo de personas sin trabajo. Hay que destacar unas declaraciones en el Parlamento del presidente del grupo del PP, Asier Antona, quien dijo que Rivero se mostró como un náufrago victimista por culpa del PSOE. Añadió que nunca pensó que CC llegara a hacer tanto daño a Canarias. Por su parte, el líder de Nueva Canarias, Román Rodríguez, exigió al Parlamento que se adopte la situación de emergencia, desaprobando la intervención de Rivero.

Es eso todo lo que se puede deducir de esa sesión parlamentaria donde lo único que está esclarecido es que la situación de la Comunidad Autónoma en este período no ha sido nada buena ni se ha hecho lo suficiente para enmendarla y el porvenir que se pintó en la sesión parlamentaria tampoco augura mejoras notables a pesar de los anuncios del presidente del Gobierno.