Queremos iniciar este comentario con una reflexión que hacía nuestro columnista Roger el pasado jueves, al calificar de tan insólita como posiblemente de contraria al derecho la decisión del Gobierno regional de "tutelar" la transformación de CajaCanarias en una fundación. A juicio de Roger, "esto significa que se decreta la disolución del actual patronato, elegido recientemente conforme a las normas establecidas por una ley estatal, y nombra una gestora que "complete" el proceso. Un proceso que, por otra parte, había sido perfectamente diseñado en cuanto a plazos y conforme a las normas establecidas. Añade Roger que "en esta decisión se percibe la manía persecutoria de Paulino Rivero contra los que no le bailan el agua. El presidente se ve perdido, dentro y fuera de su partido, y quiere morir matando".

La palabra "dictadorzuelo", que también emplea Roger para referirse al presidente del Gobierno de Canarias, nos parece muy adecuada. Cada vez resulta más evidente que tanto él como su esposa han terminado por creerse lo que decíamos de ellos en tono irónico y metafórico: que son los virreyes en la colonia canaria. Están convencidos de que el Archipiélago les pertenece y de que los canarios son sus vasallos, cuando la triste realidad es que por su ineficacia política han convertido las antaño Islas Afortunadas en un muladar de parados, hambrientos y emigrantes obligados a buscar en países extraños el pan que ya no consiguen en su propia tierra.

Lo peor es que esta pareja ha acabado con Coalición Canaria. Un partido que jamás volverá a gobernar por culpa de los errores de Rivero y Mena. Da igual que se harten de celebrar convenciones de aquí a 2015: el pueblo está escarmentado y no volverá a votar por los políticos que vayan en las listas de esta formación, y mucho menos por la señora Mena. No queremos ni pensar qué ocurrirá si finalmente la "virreina" encabeza una de esas listas electorales.

Si esta pareja no se exilia pronto -a estas alturas no es suficiente con que dimitan de sus cargos; es necesario que se marchen de Canarias-, se producirá una tragedia que les afectará a ellos y a su entorno. El daño que le han causado al pueblo canario ha sido enorme porque lo han sumido en la más inconcebible de las miserias. Todo ello por egoísmo, por ambición de poder y, como decimos, por creerse virreyes.

Un día más mostramos nuestra incomprensión ante la pasividad de los estamentos sociales que deberían haber intervenido. ¿ué hace la Justicia? ¿Por qué no actúan los magistrados y los fiscales ante quienes están causando tanto daño a la tierra canaria y, de paso, posiblemente incumpliendo algunas leyes? ¿ué hacen los sindicatos? ¿Por qué no reacciona el propio partido y los expulsa? ¿Hasta cuándo vamos a soportar todos los canarios una gestión que solo alaban los periódicos subvencionados?

Carteles de "Se vende", "Se alquila" o "Se traspasa". Eso es lo único que vemos cada vez que salimos a la calle porque el tejido empresarial está deshecho casi por completo. ¿Por qué no actúan los propios dirigentes de CC?, volvemos a preguntarnos. ¿No comprenden que mientras no echen a esta pareja a patadas son cómplices de sus desmanes políticos? Tienen que expulsar a Paulino Rivero y a Ángela Mena no solo por el bien de CC sino también por conveniencia del pueblo. Los nacionalistas -en realidad, falsos nacionalistas- de este partido se están dejando comer el terreno por Nueva Canarias, cuyo nombre real es Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria; una formación netamente insularista nacida en Las Palmas, de la mano de Román Rodríguez, con el objetivo de defender los intereses de la tercera isla en detrimento de Tenerife. Por culpa de Rivero y de su esposa, CC también está siendo superada por el PSOE y el PP; dos partidos estatistas de los que nada podemos esperar los que deseamos que Canarias sea una nación independiente, ya que socialistas como populares seguirán siempre las directrices que les dan desde Madrid. Por su parte, los partidos patrióticos siguen amedrentados y fuera del Parlamento de Canarias en virtud de una ley electoral netamente injusta.

Son tantos los males derivados de la presencia de Rivero tanto al frente del Gobierno regional como de CC, que no entendemos la pasividad de un pueblo hambriento. No predicamos la violencia porque somos pacifistas, pero por mucho menos se ha echado la gente a la calle en los países árabes.