España no se mueve porque quienes nos colonizan saben lo mucho que pueden sacar de Canarias. Así titulábamos nuestro editorial del domingo. Frente a esa inmovilidad interesada, la única respuesta es la independencia. No podemos esperar al mes de julio para salir a la calle, como quieren los sindicatos si finalmente convocan la anunciada huelga general contra el Gobierno de Paulino Rivero y sus descabelladas políticas. Hay que empezar a moverse porque el tiempo pasa y la miseria aumenta. Canarias posee recursos suficientes -tanto los actuales como los potenciales- para salir de la crisis. Si seguimos hundidos en un pozo negro es porque no tenemos el Gobierno adecuado y porque la Metrópoli esquilma nuestra riqueza. La prueba de que podemos salir adelante por nuestros propios medios la tenemos en la existencia de países con menor extensión y población que el Archipiélago canario (que pasará a llamarse Canary Islands si los mandatarios españoles siguen aferrados a la idea de conservarnos como colonia). Hablamos de países que tienen su lugar en los foros internacionales y que, además, exhiben con orgullo su propia identidad.

Si no tomamos conciencia de que la soberanía nacional es el camino hacia un futuro que no puede ser tan desastroso como el actual, nos arriesgamos a que se produzca un estallido social. Una serie de altercados que cada vez vaticinan más voces. Así lo ha anunciado -y en nuestra portada del domingo recogíamos la noticia- el secretario general de UGT en Canarias. "Si el paro crece y hay más gente sin prestación social, lo que ya afecta a 200.000 familias isleñas, puede pasar cualquier cosa", advertía el máximo responsable de UGT en el Archipiélago. Apenas habían transcurrido veinticuatro horas desde que publicamos estas manifestaciones cuando conocimos la noticia, difundida a primeras horas de ayer, de que el paro descendió en spaña en el mes de abril pero aumentó en Canarias.

Lo extraño sería lo contrario porque, no nos cansamos de repetirlo, las colonias siempre se llevan la peor parte en todo. Las declaraciones del secretario general de UGT son acertadas, pero en el fondo no dice este sindicato algo que no llevemos repitiendo en estos editoriales desde hace mucho tiempo. Por eso nos preguntamos a cuenta de qué seguir esperando antes de salir a la calle para acabar, de forma pacífica pero contundente, con el colonialismo y también con el inservible Gobierno de Rivero y su comparsa política. ¿sperar para qué? ¿Para que haya más paro, más hogares en los que no entra ni un céntimo, más pacientes en las listas de espera -muchos de ellos morirán antes de que les toque el turno de ser atendidos- y más niños famélicos en las escuelas? ¿sperar para que los españoles tengan más tiempo de seguir saqueando nuestros recursos? ¿sperar hasta que Marruecos, aplicando estrictamente la legislación internacional, decida anexionarnos a su ordenamiento territorial?

stamos convencidos de que ese estallido social vaticinado por UGT ya se está produciendo. De momento no se manifiesta abiertamente, pero empiezan a percibirse los temblores que preceden casi siempre a las erupciones volcánicas. Así ha ocurrido en l Hierro. Pronto ese fenómeno geológico circunscrito a una isla se convertirá en un movimiento social que sacudirá todo el Archipiélago. Habrá violencia en las calles. Posiblemente correrá la sangre como ha sucedido en los países árabes. ¿Hay necesidad de eso?, nos preguntamos un día más. ¿No es más fácil una dimisión en cadena de Rivero y sus compinches políticos para acto seguido iniciar un camino hacia la independencia, como ya lo han hecho los catalanes?

Hay que prever el futuro. Y la prevención consiste en eliminar las tensiones magmáticas que se están acumulando en el sustrato de nuestra sociedad. Nadie puede pretender que sobrevivamos con más del 34 por ciento de la población activa desocupada. so solo cabe en la cabeza de un necio político -que no ve la realidad cotidiana- y en la de los españolistas y amantes de la españolidad que, convertidos en canarios de servicio como los bautizó en su día Antonio Cubillo, colaboran gustosamente con quienes saquean nuestras riquezas. No es ese el camino que queremos seguir en esta Casa. Sabemos que pensar de esta forma, y expresar públicamente lo que pensamos, nos enfrenta a quienes no quieren la libertad de los canarios. Nos indisponen con la prensa subvencionada por el virrey y la virreina. Poco nos importan esas acometidas porque quienes tanto nos denigran carecen de un apoyo -el de los lectores- con el que contamos ampliamente.

La gente está cansada de tantos mafiosos políticos. Por eso les da la espalda a los medios que maquillan la verdad para no comprometer aún más la situación política de Rivero y su Gobierno. Hace unos días decíamos que las manifestaciones que salieron a la calle en Canarias el 1 de mayo son solo el preludio de lo que puede suceder en julio, cuando los sindicatos convoquen esa antes mencionada huelga general contra el Gobierno despótico e inútil, políticamente hablando, de Paulino Rivero. Añadíamos que a estas alturas ya no es necesario que salga la gente a protestar contra el presidente del jecutivo regional para que quede en evidencia que se trata de un político fracasado. l nuevo aumento del paro en Canarias supone una prueba más de nuestras afirmaciones.

Paro, miseria, hambre, muerte, emigración como en los peores tiempos y un sometimiento colonial frente al que no se levanta ninguna voz entre los falsos nacionalistas de Coalición Canaria. Así definíamos la situación de las Islas en nuestro comentario del 3 de mayo. A continuación nos hacíamos una pregunta: ¿Nos puede decir alguien si ocurre algo de esto en cualquier país del mundo que sea medianamente civilizado? La respuesta, que conocemos todos, se sustenta en que no tenemos por qué temer a nuestra independencia. Al día siguiente de ser dueños de nuestros recursos ya viviremos mejor que ahora y, además, en libertad. l tiempo de la narcosis ya ha pasado. Y no tenemos que vivir, como antaño, aterrorizados por el látigo, las cadenas o la Santa Inquisición. No tenemos por delante un futuro incierto sino todo lo contrario porque, libres del yugo colonial, nuestras posibilidades serán inmensas. Si no valiésemos nada, si no les fuésemos muy rentables a los españoles, hace tiempo que nos habrían abandonado a nuestra suerte. Sin embargo, se resisten una y otra vez a concedernos la independencia. ¿Por qué? Pues porque es mucho lo que están mamando de la teta canaria. sa es la única razón de que no nos suelten.

Paralelamente al colonialismo tenemos ese problema regional llamado Paulino Rivero. Decía el pasado viernes Roger en su columna "A fondo" que "un presidente honesto daría explicaciones a su pueblo de lo que se ha hecho y lo que se ha dejado de hacer en el terreno del paro, pero este no. ste sigue refugiado en su búnker de hormigón, gozando de todas las comodidades, mientras su pueblo sufre, los niños no tienen qué comer y hay más de un millón de canarios con muy serias dificultades para llegar a final de mes".

No exagera Roger cuando dice que "la situación por la que pasan las Islas es equiparable a la de la post guerra civil. Un pueblo que cada vez sufre más, sin esperanza alguna de encontrar trabajo y cada vez más crispado. Unos niños que se desmayan -de hambre- en los colegios, porque ni siquiera pueden llevar en su mochila el desayuno. sto es lo que han conseguido Paulino Rivero y su Gobierno, y de lo que, seguramente, se sentirán satisfechos".

Quienes no podemos sentirnos satisfechos somos nosotros. No podemos resignarnos ni a seguir colonizados, ni a seguir muy mal gobernados. La solución está en nuestras manos y esperar a julio, como decimos, nos parece excesivo.