Nos lo preguntábamos en nuestro editorial de ayer y seguimos haciéndolo hoy: ¿qué español, o canario que se sienta español, españolista o amante de la españolidad puede negarnos que Canarias tiene una de las mayores tasas de paro de España precisamente por ser una colonia española? También repetimos que cualquier isleño que se crea español está en un gran error porque solo es un remedo de un país que se llama España.

La otra causa de nuestros males -también lo repetimos- es un Gobierno regional presidido por alguien sin capacidad política para desempeñar ese importante cargo. De nuevo nuestra primera página aporta la clave de lo que está pasando. "uevo varapalo judicial a Sanidad por las jubilaciones", rezaba nuestra principal noticia de ayer. Junto a ella, otra no menos significativa: "Rivero pone en peligro las ayudas de dos mil dependientes". ¿Y cuántas cosas más no ha puesto en peligro este político necio y rencoroso?

De la misma forma que no comprendemos cómo es posible que todavía quieran sentirse españoles algunos canarios, no nos cabe en la cabeza que algunos empresarios sigan apoyando a Rivero. Algunos incluso han puesto los ojos en esta Casa. Van por mal camino porque ni se han arrimado a un buen árbol -y, por lo tanto, ninguna buena sombra puede cobijarlos- ni han medido sus fuerzas con un periódico que lleva más de cien años al servicio de los tinerfeños porque sus propietarios siempre han sido personas del mundo de la prensa y, por lo tanto, muy conocedoras de este asunto. Les recomendamos a algunos que sean más discretos porque están dejando un rastro que puede seguir hasta un ciego. En esta tierra nos conocemos todos y a todos les decimos que no es buen negocio escuchar los cantos de sirena de quien ha arruinado a estas Islas. EL DÍA mantendrá su línea porque no correrá la misma suerte que los periódicos subvencionados cuando desaparezca de la política quien hace tiempo que debió dimitir y exiliarse.

Es absurdo que un político incompetente, como es Paulino Rivero, pretenda que toda la vida política, empresarial, social, cultural y de toda índole gire alrededor de su persona. Incluso dentro de su partido está muy cuestionado. Dicho de forma clara, a Rivero no lo quieren en ninguna parte. i lo aprecian en su pueblo, debido a la soberbia de la virreina política, ni les conviene a los nacionalistas de CC. A los falsos nacionalistas, como solemos decir, que deberían desprenderse de él y, de forma simultánea, abrazar la independencia como lo ha hecho el nacionalismo catalán y el vasco. En vez de estar alimentando quimeras que nunca van a materializarse -ya lo intentaron otros en el pasado y ahí está su fracaso-, deberían los empresarios pensar que están entre los llamados a apostar por la independencia de estas Islas. Lograr nuestra soberanía nacional es una tarea primordial que compete a todos: políticos, sindicatos, patronales y hasta a las asociaciones. El esfuerzo de todos es, a la vez, bienvenido e imprescindible.

Canarias vale demasiado para estar en manos de un político con un microcéfalo. uestro valor como pueblo es muy alto y lo será aún mayor cuando recuperemos la libertad que les fue arrebatada a nuestros antepasados. Pronto publicaremos un mapa que refleja de manera fehaciente el hecho de que este Archipiélago es una colonia descarada. Somos una colonia para España pero también para Europa, como decíamos en nuestro editorial de ayer. Somos la ultraperiferia europea. Es decir, las actuales colonias del llamado Viejo Continente. Mientras no seamos canarios de Canarias no seremos nada salvo vasallos de nuestros metropolitanos, ya sean estos peninsulares o europeos. Eso es una indignidad. Eso es una tomadura de pelo porque resulta una broma de mal gusto decir que un canario es español. ¿Por qué? ¿Porque lo dice la Constitución española?

Por si fuera poco, seguimos regidos por el mayor incompetente político que ha pisado estas Islas. Un presidente obsesionado, como señalaba recientemente nuestro columnista Andrés Chaves, con acabar con el editor de EL DÍA. Como si José Rodríguez, y no Paulino Rivero, fuese el responsable de la miseria, el hambre y la emigración que sufren los canarios. El responsable no es el editor y director de EL DÍA, sino quien ha arrojado a estas Islas a un pozo negro del que no van a salir mientras él sea presidente. Que nadie se equivoque.