Antes que nada, quiero dejar meridianamente clara mi acendrada canariedad y el gran amor que siento por nuestra tierra y, por tanto, mi defensa a ultranza de los sagrados intereses de Canarias. Dicho esto, y como hombre de empresa, con visión de futuro, reitero mi total beneplácito a que se realicen prospecciones petrolíferas en aguas canarias; y que el pueblo canario, inmerso en una grave crisis económica, con una tasa de paro absolutamente escandalosa e insoportable, se pueda beneficiar de tal riqueza, si al final se comprueba fehacientemente la existencia de hidrocarburos en nuestras aguas archipelágicas.

Por todo ello, y al margen de cualquier demagogia barata de esos políticos nefastos, creo importante continuar con la labor informativo-divulgativa que vengo realizando desde hace un par de semanas en lo referente al informe de Repsol "Exploración de hidrocarburos en las Islas Canarias", y seguir haciendo pedagogía para general conocimiento de la sociedad canaria, tan confundida y desorientada. Y en este sentido, hay que afirmar rotundamente que la industria turística es perfectamente compatible con la petrolera. Afirmar lo contrario gratuitamente, sin argumentos serios y creíbles, es una auténtica falacia que no se corresponde con la realidad. ¿Cómo es posible que alguien con dos dedos de frente se oponga a que los canarios podamos saber a ciencia cierta si hay petróleo y/o gas, y beneficiarnos al 100% de los inmensos beneficios de su explotación? ¿Qué es más importante que el bienestar y el desarrollo de Canarias?

Según numerosos informes, la compatibilidad entre las actividades turísticas y la industria de los hidrocarburos ha quedado demostrada en muchos lugares del mundo. En Noruega o en las costas de California, por ejemplo, donde las plataformas petrolíferas forman parte del paisaje costero (algo que no ocurriría en el caso de Canarias) o que son visibles en la costa de una ciudad tan turística como Río de Janeiro, en Brasil.

Particularmente elocuente resulta el caso de Uruguay, en el que dos Gobiernos del Frente Amplio han convocado y adjudicado ya dos licitaciones internacionales (Ronda del Uruguay I y II) para la exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental situada enfrente de Maldonado, Punta del Este -balneario- y Rocha, cuyas costas son las de mayor afluencia de turismo de calidad del país. Un ejemplo más cercano: en Tarragona, muy cerca del Parque Natural del Delta del Ebro, Repsol explota desde final de los años 70 una plataforma petrolífera, en este caso instalada de forma permanente, que se encuentra a poco más de 40 kilómetros (unas 21,5 millas marinas) de un litoral de gran atracción turística como la Costa Dorada. ¿Cuál es el problema entonces? Repito que Marruecos ya tiene autorizadas sus exploraciones; ¿qué hacemos para evitar posibles vertidos, improbables por otra parte?: ¿levantar un muro de contención entre la costa marroquí y las costas de Lanzarote y Fuerteventura? ¡¡Menos demagogia y más defender el bienestar de los canarios!!

En este contexto resultan muy interesantes las palabras del ministro del ramo, José Manuel Soria, pronunciadas en un reciente Foro Energético patrocinado por Lopesan y celebrado la pasada semana en un emblemático hotel de Las Palmas. Soria vino a decir que "el petróleo solo tiene ventajas, la tragedia sería que no hubiera". El ministro afirmó asimismo que las prospecciones serán en 2014.

En una magistral disertación ante un auditorio de autoridades locales, empresarios y expertos, el titular de Industria advirtió de que el mundo depende todavía de las energías fósiles en un 80%. Soria fue rotundo en esa aspecto: "Nadie de este mundo puede oponerse con fundamento a la extracción de los hidrocarburos. La oposición del Gobierno canario al petróleo es por motivos de política local, muy de isla". Con la profusión de cifras con las que ilustró su conferencia, José Manuel Soria aseveró que "con los datos que se manejan a nivel mundial no cabe renunciar a los recursos. El debate global", enfatizó, "es si con las reservas existentes es suficiente para una economía que crecerá el doble".

Aunque parezca una contradicción, Canarias "lo tendría crudo" si no se encontrara petróleo. Por eso, los canarios debemos valorar, en primer lugar, lo que representaría para la economía de las Islas si efectivamente hubieran hidrocarburos y fuera rentable su explotación; ¡que esa es otra!

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