Y no es una opinión, constato la realidad de unas islas en el vagón de cola. Falla nuestro papel de pobrecitos ultraperiféricos, no funciona, y no porque lo diga yo, sino por tantas evidencias que ya no resulta necesario enumerar. La receta para la prosperidad mostró su eficacia efímera. Hizo (más) ricos a los de siempre y más pobres a todos los demás, pobres y con un futuro incierto. ¿Y ahora? Ni idea, no hay plan B. Mientras esperamos al mesías propongo aprovechar la coyuntura y desmontar el chiringuito, dejar de hacer el idiota con tanta regulación absurda, eliminar la aduana que nos aísla y todas esas subvenciones que distorsionan. En definitiva, a falta de alternativa, permitir que sea la propia dinámica del mercado la que imponga su razón. Simplificar mientras llega la inspiración. Reconozcamos el error y rectifiquemos cuanto antes. El propio REF, la defensa del hecho diferencial canario, que obligaba a la inversión media del Estado en nuestra comunidad autónoma, una promesa barata -jamás cumplida- que nos creímos durante años, que ahora fulmina el Constitucional. Se equivocaban, sí, urge poner remedio; ya habrá tiempo, en su caso, de crucificar a los culpables.

Huelga de estudiantes. La protesta es uno de los procesos democráticos no formales que ayudan a mantener a raya a quienes ejercen el poder, estamos de acuerdo. Hacer huelga es otra cosa, es una herramienta al servicio de los trabajadores, y los padres y los estudiantes no lo son, al menos en ese ámbito. Si el profesorado desea ejercer su derecho constitucional que lo haga, pero no a través de sus alumnos. Y habrá que ver el alcance de la reivindicación que la justifique, porque la huelga no está pensada para la discrepancia política sino para defender las condiciones laborales. Alentar a la juventud contra lo que sea es muy fácil, está en su naturaleza, pero ojo, que eso se llama manipulación, ¿quién maneja los hilos?

Pacto de Estado. Sobre la educación, la sanidad, las pensiones, la estructura de las administraciones públicas. Tiene todo el sentido tratar de llegar al consenso en los asuntos trascendentes. La voluntad de sellar el pacto debe existir como primer paso, por responsabilidad, pero el esfuerzo habría que concentrarlo en las nuevas ideas, en cómo gestionar. Y para eso, para encontrar nuevas soluciones a los viejos problemas, solo cabe el debate constructivo. Y para debatir están las cámaras parlamentarias, con sus representantes, que para eso fueron elegidos, y los medios de comunicación, que sirven de altavoz a la pluralidad, y la calle, en la que los ciudadanos podemos mostrar nuestra repulsa o conformidad. En España nos hace mucha falta el debate, el debate de fondo: aprender, entrenar y ponerlo en práctica. Qué bueno, ¿se imagina?, qué gran avance cuando las partes escuchan y se esfuerzan en entender y en dejarse convencer.

En valores. Mi hija adolescente no entiende que al entrar a Estados Unidos te pregunten si tienes intención de atentar contra el presidente, se lo contaron en el instituto. Ella cree que si esa fuera tu intención, no lo dirías, y si lo pusieras, te detendría la policía nada más posar un pie en el aeropuerto. Al tratar de racionalizar concluye que de alguna manera analizan cómo dices que no para encontrar alguna intención oculta... Mi reto es hacerle ver que en esa cultura tan grave es mentir como atentar y que no es mala filosofía. La mentira a este lado del Atlántico, por desgracia, es pecado venial. La mentira conduce al fraude, el fraude a abusar del sistema, el abuso al déficit, el déficit a la paralización de la inversión pública y la falta de inversión al paro.

Paulino. Como la paloma, y sigue sin resolver los transportes a El Hierro.

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