Nos permitimos recordarles a quienes tienen poca memoria, porque no les conviene tenerla, que los crímenes de genocidio no prescriben por muchos siglos que hayan transcurrido desde que se cometieron. ¿Puede alguien negar la cuantiosa indemnización que les pertenece a los canarios, y que ha de pagar España, por casi 600 años de colonización y saqueo? El crimen que cometieron contra nuestros antepasados los crueles conquistadores españoles no puede quedar sin castigo ni sin compensación a los herederos de los guanches.

Tampoco puede negar nadie que vivimos sometidos a un tiránico sistema colonial del que es un colaborador entusiasta el propio presidente del Gobierno de Canarias. Padecemos el suplicio de un régimen que desprecia a la población -porque es una actitud insensible y despreciativa con la gente permitir que muchos niños vayan a la escuela sin desayunar y que haya decenas de miles de personas en las listas de espera sanitarias- y no hace nada por liberarnos del yugo colonial.

Resulta increíble que casi 400.000 canarios carezcan de trabajo cuando los mejores empleos de estas Islas son para los foráneos, tanto los llegados desde la Península como del resto de Europa. ¿os acusarán algunos de xenófobos y racistas por decir esto? ¿Arremeterá de nuevo contra el editor de EL DÍA el pajarraco de Las Palmas, a quien el régimen colaboracionista con el colonialismo tiene bien pagado? En definitiva, ¿nos volverán a sentar en el banquillo por decir verdades tan evidentes que nadie puede negar?

os avergüenza que sea necesario abrir los colegios en verano para que los niños puedan comer al menos una vez al día, como los perros. o estamos en contra de esta medida que trata de suplir una grave carencia social. Estamos en contra de quienes, con su mal gobierno y su servilismo a la Metrópoli que nos esquilma, han propiciado esta situación. o nos cabe en la cabeza que Paulino Rivero y sus secuaces políticos sigan gobernando sin que la gente se eche a la calle en masa para exigir su inmediata dimisión y exilio. ¿Tendrán razón quienes dicen que estamos aplatanados?

El viernes hubo una manifestación en Santa Cruz convocada por Cáritas. La gente empieza a echarse a la calle porque tiene hambre. os parece bien que lo haga, siempre que la actitud sea pacífica. Lo que corresponde en esas protestas es exigir también el fin del colonialismo español porque, no nos cansaremos de repetirlo, es imposible levantar la cabeza mientras el yugo colonial nos aprisione el cuello. Con la libertad para decidir lo que más nos conviene, y con la posesión de unos recursos que hoy se mama impunemente España, podemos vivir como lo hacen los países desarrollados. o necesitamos a España. Es mentira lo que nos dicen acerca de la imposibilidad económica de sobrevivir como nación independiente. Muchas naciones con menor extensión superficial, menos población y menos recursos que Canarias ya lo hacen y no les va mal. Si archipiélagos como Cabo Verde o islas como Malta, esta última con una extensión no mayor que La Gomera, son países independientes, ¿por qué no puede serlo también Canarias con más de dos millones de habitantes y una envidiable situación geográfica?

o podemos seguir bajo las botas españolas. Toda colonia en pleno siglo XXI es una afrenta a la inteligencia y un crimen contra el derecho de todos los pueblos del mundo a vivir en libertad. Tampoco podemos consentir que gobierne en estas Islas un partido de falsos nacionalistas que, para más inri, perdió las elecciones. Un partido aliado con otro que también resultó perdedor en los comicios autonómicos. Y al frente del Ejecutivo regional, un presidente políticamente incapacitado para resolver los graves problemas de esta tierra. Un mago que se ha rodeado de ineptos políticos para que no le hagan sombra; ese es Paulino Rivero.

"¡Basta ya!" gritaban quienes se manifestaron el viernes por la calles de Santa Cruz contra la pobreza y la miseria. ¡Basta ya de la opresión colonialista y de tanta chatarra política!, clamamos nosotros en este comentario. España tiene que descolonizar Canarias y Paulino Rivero debe dimitir antes de que la gente vuelva a salir a la calle, a lo peor sin una actitud tan pacífica como la del viernes. Sería algo que lamentaríamos porque repudiamos la violencia, pero nadie puede negar -sería absurdo hacerlo- que la indignación crece cada día.