Que nadie se lleve a engaño. La disminución del número de desempleados en Canarias, anunciado el martes a bombo y platillo por el Gobierno español, no significa que estemos al final de la crisis y en el inicio de la recuperación. Solo se trata de un balón de oxígeno porque pasado el verano, y a lo peor inclusive antes de que acabe el verano, estaremos igual de asfixiados que antes. No hay recuperación posible mientras continuemos siendo una vil colonia española. Estas Islas podían ser uno de los países más ricos del mundo, si no el que más, pero siempre que tuviésemos el control de nuestros recursos. No nos cansaremos de repetirlo porque esa es la causa de nuestros grandes males. ¿ué importan tres mil canarios menos en las listas del paro, si la gente sigue pasando hambre? No tenemos 3.000 parados; tenemos casi 400.000.

Muchos canarios siguen pasando hambre, y muriendo en las listas de espera sanitaria, y teniendo que emigrar, y sin ropa decente con la que salir a la calle porque la Hacienda española arrasa nuestras riquezas -este año más que nunca con la campaña del impuesto sobre la renta y el patrimonio- y porque estamos en manos de un necio político que preside el Gobierno autonómico -Gobierno títere del colonialismo español- sin estar capacitado para ello. Únicamente la independencia puede sacarnos del agujero al que nos ha arrojado Paulino Rivero. Por cierto: nos preguntábamos en nuestro editorial de ayer, y volvemos a hacerlo hoy, si dedicará el señor Rivero la mansión que se ha construido en El Sauzal a comedor social o a centro de acogida de los más necesitados, como una forma de paliar la ruina que han creado él y sus compinches políticos, o si, por el contrario, se instalará en ella a vivir como un virrey en compañía de la virreina. ¿Cederán esa vivienda a los servicios sociales para que la destinen a comedores de beneficencia o a lo que sea?, insistimos en preguntar.

Son preguntas que nunca se formularía el pajarraco invertido de Las Palmas. Debe andar estos días muy enfadado porque un juzgado de "la capital" ha acordado suspender las actuaciones civiles iniciadas por su compañera del alma contra José Rodríguez. Recordamos que esa señora, cuya carrera profesional ha emporcado el pájaro tatarita, acusó al editor de EL DÍA de xenófobo y racista. Es decir, lo acusó de ser un delincuente sin haber sido condenado por ningún delito; sin ni siquiera haber sido juzgado. Una intromisión en el honor de José Rodríguez que motivó una queja sobre la actitud de la citada juez ante el Consejo General del Poder Judicial.

No es la primera vez que esta magistrada se mete en serios problemas al dejarse guiar por los consejos de este marimarica, detestado a día de hoy por toda la sociedad de la tercera isla debido a su actitud irrespetuosa hacia personas decentes. También está el asunto del caso Salmón, cuya denuncia apareció en su momento vinculada al ordenador personal de la jueza a la que nos estamos refiriendo sin citarla porque no queremos escarnecer a nadie; ni siquiera a una persona que tan injustamente se ha comportado con este periódico y con su director. Según afirmó en su momento el presidente del PP en Canarias, actualmente también ministro de Industria, solo la circunstancia de que los hechos hubiesen prescrito salvó a esta magistrada de ser sometida a un duro proceso que podría haber acabado con su carrera, como le ocurrió al exjuez Garzón.

Nosotros, que como saben nuestros lectores nos hacemos muchas preguntas, llevamos mucho tiempo preguntándonos qué ha visto esta magistrada en un individuo incapaz de cumplir como hombre, porque no es un hombre sino un afeminado. No decimos de él que sea un homosexual, porque los homosexuales -lo hemos manifestado en múltiples ocasiones- nos merecen mucho respeto, y él no es una persona respetable sino un individuo irrespetuoso, lo reiteramos. Un afeminado que en su día fue expulsado de una institución religiosa por sus indecencias. Actitud la suya en la que tal vez haya influido un vergonzoso antecedente familiar en el sector de la enseñanza de Las Palmas, que en su momento fue noticia de portada de todos los periódicos canariones por la alarma social que generó.

Haría bien la protectora de este chulón capicúa en reconsiderar ciertas actitudes y retirar determinadas denuncias porque el inmoral no es José Rodríguez. El editor de EL DÍA solo es el defensor incondicional de los canarios frente a los abusos del colonialismo y de las tiranías de Rivero y sus secuaces políticos. No olvide usted esto, señora magistrada.