Dice José Manuel Soria que para el Partido Popular sería un chollo que Paulino Rivero repitiese como candidato de Coalición Canaria a la presidencia del Gobierno regional. Añade el ministro de Industria y líder de los populares en el Archipiélago que no le extraña que a Rivero no le hagan caso porque hoy su credibilidad está bajo mínimos. "El problema no es que no le haga caso la sociedad canaria, sino que no le hacen caso dentro de su propia formación política", subraya Soria. "Sus compañeros de partido le están pidiendo cada día en los periódicos que no repita como candidato. Para cualquier aspirante del PP sería un chollo que repitiera este presidente del Gobierno como candidato".

Un chollo para el Partido Popular pero una desgracia para Canarias, añadimos por nuestra parte. Estamos de acuerdo con el ministro de Industria en que Paulino Rivero está muy cuestionado entre los auténticos nacionalistas, pero no lo echan. No lo obligan a dimitir porque CC prefiere aguantarlo con tal de no perder la presidencia autonómica. Pero la perderán. Si no toman medidas drásticas, la primera de ella poner a este incompetente político en la puntilla del muelle y darle una patada en el trasero que lo avente hasta la Península de sus amores, no van a conseguir nada cuando lleguen los comicios de 2015. Ya circulan encuestas que señalan una enorme pérdida de votos para estos mal llamados nacionalistas, pues en realidad no son sino bolsilleros políticos.

Al pueblo se le puede engañar una vez, pero no siempre. A estas alturas la gente está cansada y apercibida. A Paulino Rivero ya no le valen sus tretas para seguir en el poder. El pueblo no cree en él ni en las noticias que publican los periódicos a los que tan generosamente subvenciona. El pueblo cree en EL ÍA. Por eso somos el periódico más leído del Archipiélago. Lo que no comprendemos -ya lo decíamos en nuestro editorial de ayer y en los comentarios de días anteriores- es que los militantes patriotas y sensatos de Coalición Canaria, es decir, los auténticos nacionalistas, no tomen la iniciativa de sustituir a Rivero como líder y como presidente, y al mismo tiempo arrinconar, políticamente hablando, a su señora esposa; una persona que le está haciendo a estas Islas tanto daño como él e incluso más.

En un momento tan crucial de nuestra historia como el actual, cuando nos enfrentamos al dilema de la independencia y la riqueza o el colonialismo y la miseria, necesitamos un presidente con carisma de hombre de Estado. Alguien que sepa a dónde tenemos que ir y que, al mismo tiempo, sea capaz de capitanear la nave canaria por las turbulentas aguas del futuro. Lo que nos sobra es este mago listo; este gangochero y oportunista de la política que es capaz de pactar hasta con el diablo con tal de seguir en la poltrona. Rivero ha actuado de una forma políticamente inmoral para apoderarse de algo que no es suyo sino del pueblo canario: la presidencia regional. Encima, apoderarse para mal, porque bajo su gestión estas Islas están conociendo los mayores índices de pobreza y hambre de toda su historia. Mientras este demente político tenga las riendas del poder en sus manos, en Canarias solo vivirán bien él, la virreina de mantilla, peineta y caros bolsos de marca -aquí volvemos a citar a nuestro articulista Andrés Chaves, que conoce muy bien a esta ave exótica-, sus allegados y sus amigos.

Afirma también José Manuel Soria en la entrevista publicada el sábado por EL ÍA que la mayor debilidad del Gobierno regional "es el desincentivo que, continuamente, genera en los que pueden invertir en Canarias: los empresarios, con un conjunto de normas como, por ejemplo, la última ley turística. Más allá de que vulnera preceptos constitucionales, limita la capacidad de competir en Canarias. Un gobierno no puede estar obsesionado como está este con decirle a los empresarios lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo". Nos parece bien, pero al mismo tiempo instamos al señor ministro a que haga algo. No se puede seguir castigando a los empresarios con abusivas cargas fiscales, entre ellas el execrable -por injusto- impuesto sobre el patrimonio. Admiramos al presidente regional del PP -aunque milite en un partido español y españolista- porque tiene mucha más altura política que Rivero, pero al mismo tiempo le pedimos que, como buen canario que es, procure lo mejor para su tierra.