Dicen que la agonía es el preludio de una muerte anunciada y en el caso de este único y emblemático complejo turístico de Canarias la misma historia así lo corrobora. Fue a principios de 2003 cuando estuvo a punto de desaparecer de la faz de Fuerteventura. Las inmensas deudas con la Hacienda canaria, los bancos y los proveedores hicieron pensar que ya no había más fondo y que la suerte había sido echada, como si de una maldición se tratara. Y era cierto, la maldición de Stella Canaris era y es su propio creador, Hossein Sabet, un hombre de faraónicas ideas, pero con una horrorosa y maquiavélica forma de administrar y de crear equipo en su dirección, donde se traicionaban unos a otros instigados por el propio Sabet con el objetivo, pensaba él, de que si estaban peleados no se pondrían de acuerdo entre ellos para robarle.

En esta idea, como en tantas otras, falló. Le salio el tiro por la culata, porque con todas esas estupideces el grado de corrupción se enquistó dentro del complejo de tal manera que tuvo que ser vendido meses después. La historia volvió a repetirse después de junio de 2010.

Pero las desdichas no vienen solas. Un incumplimiento en el pago de la compra del complejo le devolvió a Hussein Sabet el objeto de su deseo, ahora en forma de explotación, con la desgracia de que otra vez volvió a incumplir con Hacienda y con los proveedores para terminar al final haciendo pagar a los empleados sus locuras.

Y aquí es donde ha estado siempre el problema. Esto lo puede hacer porque la dirección le teme literalmente. Nunca se les ha rebelado, porque saben que el día que lo hagan serán enviados al paro. Lo mismo hace en Irán, donde le grita a sus directores con extrema falta de respeto. Por eso la dirección es culpable, por permitir que hiciera lo que le diera la gana, por ser unos memos, por estar comprados con prebendas y por permitirlo todo a costa del personal y sus familias.

Por eso Stella Canaris esta agonizando, porque se esta dando un paralelismo con la fase anterior, cuando terminó vendiéndose. Sin embargo, en esta ocasión se puede destruir el enorme jardín donde hoy se pueden ver las más altas palmeras sufriendo de sed. Veinte mil palmeras podrían desaparecer si nadie pone remedio a esta locura, cada día más difícil de entender. Si este jardín muere, serían necesarios más de veinte millones de euros para volverlo a ver como estuvo en sus años de esplendor.

Una vez lo tuve a mi cargo y al verlo como está hoy, por medio de las fotos que me han enviado, he llorado como un chiquillo al que le han castigado muy fuerte. He llorado porque los responsables permiten este crimen al medio ambiente de Fuerteventura. Un crimen que se llevará por delante la vida y la esperanza de ciento cuarenta trabajadores y de un jardín único en Canarias. Yo sí puedo imaginar lo que está sufriendo José Díaz viendo la agonía de su jardín, al cual ha dedicado décadas enteras. Pero todavía esto se puede impedir, como veremos más adelante.

Afortunadamente no pasa lo mismo con el zoo de Stella, por tener una gran profesional al frente, la veterinaria Yoenia Marrero. Está consiguiendo la comida necesaria gracias a la recaudación de las entradas al zoo, cada día más mermadas por la situación que sufre el complejo. Es de justicia añadir que Rafael Perdomo, alcalde de Pájara, ha estado ayudando en la obtención de diésel para el generador de luz y cubas de agua para regar el jardín. Otros medios han dicho que no se estaba recibiendo ayudas en este sentido.

A los empleados que viven en Stella se les ha estado cortando la luz y el agua con el fin de que se aburran y abandonen la lucha por la recuperación de sus derechos. ¿Cómo es posible que el apoderado de Befasca no detenga esta locura? Están esperando a un punto de no retorno por alguna razón. Ya no creo siquiera que sea con el propósito de comprar la propiedad mucho más barata, rescatándola de las manos del BBVA. Y tampoco creo que el banco esté dispuesto a perder tantos millones de euros, cuando apoyar una intervención judicial sería más rentable para todas las partes, cuando esta se haga, por supuesto, con una persona elegida por los trabajadores, con el objeto de regenerarlo y hacerlo productivo, como lo ha sido siempre. Aunque bien es cierto que siempre ha habido quien se ha llevado el dinero a Irán.

Cuando el dinero de Stella se quede en la isla habrá entonces soluciones para pagar a sus empleados, a la Hacienda canaria, al ayuntamiento, a los proveedores, las cuotas de la hipoteca y todos los gastos que surjan. Al final, los trabajadores tendrán un puesto de trabajo que les permita seguir con sus vidas. Creo firmemente que ese debería ser el deseo de todos los que están preocupados por su futuro, un futuro donde Hossein Sabet no estaría. Ni él ni los que por años le han reído las gracias y ayudado a secar esta vaca, para que sean ustedes, los trabajadores, quienes siempre paguen sufriendo inestabilidad en sus vidas.

Por eso les pido que tengan en cuenta lo que van a hacer. Y lo que no deben hacer es pedir la liquidación o rescindir el contrato, porque ese sencillo acto legal al que tienen derecho cortará inmediatamente la relación contractual con Stella. Y el siguiente paso será el obligado abandono de la casa donde viven, si están dentro de la propiedad, para ir en busca de un alquiler. Con la nueva ley del alquiler 4/2013 de 4 de junio, su situación se verá más precaria. Lean esta ley y sabrán dónde les afecta. La única "ventaja" es que si pides tu liquidación o rescisión del contrato, al siguiente mes tendrías un salario del INEM, y de ese salario, que difícilmente pasara de 750 euros, tendrás que pagar el alquiler. Si a esto le añades que el FOGASA no te pagará la liquidación de entre 5.000 y 7.000 euros hasta casi dos años después, te verás otra vez llorando como los he visto en la televisión. Y de eso ya no tendrá la culpa Sabet, a pesar de que sea él quien te ha estado diseñando el camino para que te vayas.

El día 4 de septiembre todos los trabajadores en huelga de Stella Canaris tienen una magnifica oportunidad. Ese día pedid al juez que intervenga la explotación. Si accede se nombrara a tres interventores, dos serán tomados de la lista que se mantiene al efecto y otro será quienes ustedes decidan. Decidan bien, porque esa persona será quien levante al complejo y, al mismo tiempo, mantendrá vuestros puestos de trabajo. A partir de ese día, cada euro que se produzca no será intervenido por Sabet o sus mandados. Será la primera vez en cuarenta años que el dinero que se produce en Stella se queda aquí y no vuela a Irán. Esa es la garantía de vuestro futuro. Sin embargo, si el juez presenta quiebra será bueno para los sindicatos y vuestros asesores laborales, pero ustedes habrán perdido el futuro, al menos para los que hayan sobrepasado los cincuenta años. Aguantad un poco más y la maldición desaparecerá.

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