No es suficiente con que Izquierda Unida y la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias hayan denunciado al director de la Televisión Autonómica por los presuntos delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos continuada y posible tráfico de influencias, como publicábamos en nuestra edición del sábado. Debe intervenir de oficio y de inmediato la Fiscalía Anticorrupción no solo contra Guillermo García, sino también contra quien le dio el cargo que ocupa: Paulino Rivero. Ambos, lo señalábamos hace unos días, llevan años funcionando en perfecto maridaje para engañar al pueblo. La Televisión Canaria muestra con frecuencia un panorama idílico que ninguna similitud guarda con la realidad, porque el día a día en estas Islas, desde que un necio político asumió la presidencia del Gobierno regional, no es otro que el de las colas del hambre, el de muchos niños desnutridos obligados a alimentarse en las escuelas ante la precaria situación de sus hogares, el de unas listas de espera interminables y el de una emigración masiva de nuestros jóvenes mejor preparados porque aquí jamás van a encontrar no ya un trabajo acorde con su preparación; ni tan siquiera van a tener un sueldo desempeñando oficios menores que son muy dignos, porque todo trabajo lo es, pero que no resultan adecuados para la formación que han recibido. ¿Culpables? Paulino Rivero y sus compinches políticos; entre ellos, el ahora denunciado Guillermo García. Y también los responsables empresariales de los periódicos que se han entregado a este inepto presidente a cambio de unas subvenciones, sin las cuales hace tiempo que habrían dejado de editarse. ¿Qué será de ellos cuando ya no esté Paulino Rivero en la escena política?

Por si fuera poco, tanto la Televisión Canaria como los periódicos afines los mantiene este Gobierno políticamente tirano con el dinero de todos los isleños. o hay derecho, como también publicábamos en nuestra portada del sábado, que el Ejecutivo autonómico bloquee la prestación a los desvalidos, pero no cierre la televisión canaria ni deje de subvencionar a medios de comunicación para que, lo reiteramos, dibujen una imagen ficticia y enmascaradora de la crisis que padecen estas Islas. Crisis derivada de nuestra dependencia -mejor dicho, de nuestra esclavitud- colonial y de la caótica gestión de Paulino Rivero. os alegramos de que el mes de julio haya sido el mejor de los últimos cuatro años en la creación de empleo turístico. Si no fuera por el turismo ya se habría producido un estallido social de impredecibles consecuencias. Sin embargo, eso no supone un síntoma firme de recuperación, sino la mejoría que suelen experimentar los enfermos desahuciados por los médicos poco antes de morir. Porque Canarias está condenada a la muerte económica y social si no se convierte en una nación soberana con su Estado. ecesitamos consumar un proceso de independencia que no puede avanzar con Paulino Rivero, todo un colaboracionista político con los invasores, tomando decisiones despóticas que muchas veces caen en el nepotismo más descarado. o solo para mantener esos citados medios de comunicación, sino también para otros despilfarros como lo son la Policía Canaria o un Parlamento, muy digno como institución -siempre lo diremos- pero convertido en una cochiquera política por culpa de muchos diputados y diputadas indignos, políticamente hablando, de ocupar sus escaños.

Tiene razón el secretario general de la Unión de Profesionales de la Comunicación cuando dice que desde el principio sabían que Guillermo García no era la persona adecuada para dirigir el ente público RTVC, porque ha dado más importancia a los intereses políticos y empresariales por encima de los de los trabajadores del ente y del conjunto de la sociedad, a la que tiene la obligación de prestar un servicio público. ¿Y qué decimos del que lo nombró?, volvemos a preguntarnos. ¿Por qué, una vez cogida carrerilla, no piden también el cese de Paulino Rivero?

Puestos a pedir, tampoco estaría de más exigir el inicio de negociaciones con la Metrópoli para lograr, de una vez, la independencia de esta tierra. Independencia y libertad para vivir como los canarios que somos, y no como ciudadanos a los que se ha usurpado su identidad. Sea quien sea quien la dirija, la Televisión Canaria no será auténticamente canaria mientras este Archipiélago continúe como una vil colonia española.