1.- Se perfila una guerra en Oriente Medio porque el Mossad ha dicho que quien bañó de gases a los inocentes fue , pero yo no me fiaría de los rebeldes, tan monstruosamente crueles como el dictador. La verdad es que los autores de los textos sagrados para los cristianos escogieron un bonito escenario para desarrollar sus historias. Dicen que el paraíso estaba situado entre el Tigris y el Eúfrates y ahora corren por el paraíso sirios heridos, atacados por los gases o agraviados por la guerra, intentando llegar a nadie sabe dónde. Es la crueldad de una dictadura, zaherida por unos rebeldes igualmente crueles y sanguinarios, porque tienen buena escuela. Israel llama a los reservistas, acto que siempre es el prólogo de una gran catástrofe. Cuando empiezan a entregarles los kalashnikov, o como se llamen, a los reservistas, mal asunto. Guerra habemus. Y Netanyahu ya los ha llamado, uno a uno y por sus nombres. Llegan de todas partes del mundo porque son muy patriotas los israelitas.

2.- Yo conozco bien Israel; es un pueblo que vive en estado de guerra, con una economía de guerra y una existencia de guerra. Yo conocí a grandes figuras de este país, como Simon Peres. Me encontraba a las celebridades de la política de allí en los pasillos de un barracón que, dentro de esa economía de guerra, era la sede de Asuntos Exteriores. Fue en uno de los viajes oficiales que hice a Israel para rebautizarme con el agua del Jordán y echarme -porque no me tiré- en el Mar Muerto. Y para comprarme un belén en Belén, hecho por los hermanos Zhacarias. Y para que Aviela me contara todo sobre lo que era Israel y lo que pretendía ser. Y para saludar a dos presidentes que fueron de la Knéset (Parlamento), Isaac Rabin e Isaac Shamir. Tengo que escribir más cosas de mis memorias. Qué tiempos. Me acompañaban, en uno de los viajes, entre otros, Emilio Oliva, José Luis Torró, Alfonso Ramírez y un montón de gente más. Hasta el excelente pintor Fernando Álamo. Nos había invitado Jerónimo Saavedra, si no recuerdo mal, buen amigo de Simon Peres. Y mío.

3.- Va a haber guerra en Siria. Se han empeñado en que el gas es de El Assad, pero yo no me fío. ¿Y si fuera de Al Qaeda? ¿Y si fuera de la oposición? ¿Y si Al Qaeda estuviera ayudando a la oposición? Demasiadas preguntas, pocas respuestas y muy poca información del interior, filtrada interesadamente a los medios por unos y por otros. El gas sarín es la frontera. Se pueden matar, pero hasta que no aparece el gas sarín, eso que llaman "la comunidad internacional" no se mueve. Es decir, que si el magnicidio es a gorrazos o a puñaladas, o a cañonazos, nadie pía. Terrible.

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