Hasta ayer por la mañana estaba convencido de que el Foro Agustín de Betancourt es una iniciativa seria; un lugar adecuado para debatir cualquier tema de interés general sin otros límites que los impuestos por la racionalidad. Es decir, sin las cortapisas de la ideología precocinada. Estaba tan realmente seguro de ello, que hace unas semanas lo manifesté por escrito en uno de estos artículos. Ayer a la hora del desayuno, sin embargo, leí que, a juicio de unos expertos participantes en el debate "Petróleo-gas en aguas próximas a Canarias", el Gobierno español podría incurrir en responsabilidad civil si las prospecciones petrolíferas que va a realizar Marruecos de forma inmediata en sus aguas produjesen daños en las costas canarias.

Si lo he entendido bien -y en caso contrario le rogaría a cualquiera de los expertos que tenga la amabilidad de explicármelo- el Gobierno español no solo es responsable de desmantelar el Estado del bienestar, propiciar la precariedad laboral, hundir la imagen mundial de España, facilitar que le concedieran los Juegos Olímpicos a Tokío -así lo escribía Cela- y un largo etcétera en el que se incluye el poco don de lenguas de la señora Botella; también tiene la culpa el Gabinete del PP de que Marruecos haga agujeros en su lecho marino para comprobar si hay petróleo.

Esto me recuerda otro asunto reciente. Familiares de un grupo de saharauis desaparecidos en 1976, cuyos cuerpos han sido hallados recientemente en una fosa común con inequívocos signos de haber sido asesinados, exigen responsabilidades por ese hecho al Gobierno de España. Sobra recordar que España había salido del Sáhara un año y medio antes de que estas personas fueran ejecutadas con disparos a quemarropa por soldados marroquíes que buscaban a activistas del Frente Polisario.

¿Nos hemos vuelto locos? Todos, no lo sé; algunos parece que sí. Una locura que empieza por rechazar las prospecciones en aguas españolas debido a su peligro potencial para el entorno, cuando los marroquíes pueden hacerlas un kilómetro más allá -y ya las van a hacer sin perder más tiempo- con igual e incluso mayor riesgo medioambiental, considerando que las normas para la conservación de la naturaleza no son tan estrictas en ese país como en la UE. En pocas palabras, asumimos los riesgos sin optar a los beneficios -para no variar- y al final tenemos que pagar el descalabro que pueda ocasionar quien se lucra con el petróleo. Bien saben algunos lo poco que serviría reclamar ante Rabat por cualquier motivo. Al que se le ocurra hacerlo, si es de allí lo meten en la cárcel y si es extranjero lo expulsan del país sobre la marcha. En Madrid, empero, sí hay donde rascar, porque para estas cosas solemos tener una generosa barra libre.

Por lo demás, consideran los expertos del citado foro que la postura del Gobierno de Canarias está equivocada. Vaya por Dios. Entienden que el Ejecutivo regional debería reforzar su posición ante posibles vertidos, tanto si se producen en la zona marroquí como en la española. Algo que solo se puede conseguir con un Estado español fuerte. ¿Cómo llegaron a esa conclusión? ¿Acaso después de ir a arvard para cursar un máster en política internacional? En cualquier caso, lo del Estado fuerte que se lo digan a Paulino Rivero, a ver si lo convencen.

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