A la lista de espera le sucede lo mismo que al enfermo cuando, en lugar de ir a mejor, cada vez empeora más, llegando a hacerse una enfermedad irreversible si no se introducen los remedios y correcciones oportunas para evitar el desenlace fatal. Es lo que está sucediendo en general en España pero con más gravedad en Canarias, donde, a pesar de los desesperados maquillajes de las estadísticas de la Consejería de Sanidad, son cerca de 30.000 los enfermos esperando la llamada milagrosa del quirófano, de los que más de la tercera parte hace más de seis meses que el cirujano indicó la necesidad de la intervención quirúrgica. Una espera que en muchos casos supone un drama personal, familiar y social que en muchos casos incluso produce un deterioro aún mayor y peligroso de la salud de los impacientes pacientes.

Y sucede que la lista de espera empeora porque la media para operarse de una intervención quirúrgica no urgente en la Sanidad Pública española ha pasado de 76 a 100 días en el último semestre de 2012, según los datos actualizados a 31 de diciembre publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que registran la mayor demora desde que se empezó a contabilizar, en 2004. Claro que todos sabemos muy bien que estos datos se maquillan de lo lindo, máxime ahora donde mentir parece habitual y hasta normal en determinados políticos y políticas, y, desde luego, con la credibilidad más baja que ha tenido un ministro de Sanidad en nuestra democracia, la todavía ministra, Ana Mato, no me fío de esas cifras y aconsejo a los amables lectores que tampoco. Una ministra mucho más preocupada y conocida por los escándalos de corrupción del caso Gurtel del Partido Popular que la han salpicado, de la que muy poco se sabe de su gestión sanitaria, dado que además se esconde ante la opinión pública para evitar que le pregunten sobre el hecho de que en febrero de 2013 la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera (UDEF) de la Policía Nacional documenta ante el juez que la trama Gurtel le facilitó a ella y su marido, imputado, la prestación de distintos servicios turísticos particulares, además de encontrar facturas y resguardos de regalos a Ana Mato presuntamente relacionados con dicha trama. Y mientras tanto con esta ministra el paro médico sube en el último año un 31%.

Y mientras tanto la ministra se dedica a desmontar esa presunta corrupción, a finales del pasado año cerca de 600.000 enfermos ocupaban las listas de espera, no solo de cirugía, también de la consulta de las distintas especialidades, siendo por este orden la Traumatología y Ortopedia, Oftalmología y Cirugía General y del Aparato Digestivo las que más pacientes ocupan las citadas listas, y las que más tardan en programar una operación son Cirugía Torácica, Neurocirugía y Cirugía Plástica y Reparadora, siendo las que menos Ginecología y Cirugía Cardiaca. Por procesos, la operación con más lista de espera es la cirugía de cataratas (Oftalmología), seguida de la hernia inguinal o crural (Cirugía General y del Aparato Digestivo), la artroscopia y los conocidos juanetes (Ortopedia y Traumatología). En cuanto a consulta de especialidades, las esperas más llamativas se dan en Rehabilitación, Dermatología y Alergología. La colocación de una prótesis de cadera y las operaciones de juanetes, varices y artroscopias son las que más demora tienen en conjunto.

Todo ello a pesar de que la normativa legal desde hace años establece que la demora para dichas intervenciones no podrá pasar de seis meses, salvo, lógicamente, los trasplantes de órganos, que dependerán de la disponibilidad de donantes, o aquellas operaciones que requieran determinadas condiciones en el enfermo, además de la matización de algunos aspectos como, por ejemplo, la espera en la atención sanitaria como consecuencia de catástrofes. La gravedad del paciente, la eficacia de la intervención quirúrgica y la posibilidad de que la enfermedad se complique son los criterios que establecen la prioridad. El riesgo de muerte, discapacidad, o que se afecte de forma notable la calidad de vida suponen, obviamente, criterios de prioridad, resultando evidente que la realización temprana y en el momento oportuno de una intervención quirúrgica aminora el avance de una enfermedad o disminuye las secuelas de la misma.

*Médico cirujano, ex jefe de Sección y profesor de Cirugía General y Digestiva del Hospital de la Candelaria. Cirujano de las Clínicas Tecnosana y Tenerife.

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