La mala noticia de hace unos días en la primera página de este periódico, destacada por afectar negativamente a Canarias, es que el consejero de Economía, que es el inútil que Paulino Rivero ha puesto en ese cargo, teme que el Estado, o sea Rajoy, retire 96 millones de euros que le corresponden a Canarias para cumplir la promesa dada a Bruselas de recortar mil millones a las autonomías que no alcanzaban el objetivo del déficit, como así está sucediendo con nuestras islas. O sea que, a pesar de las carencias que padecemos, nos quitan a los canariOs nada menos que noventa y seis milloncejos como quien no quiere la cosa. Es una prueba más de la aplicación del recorte, que debe de ser una especie de manía persecutoria que padece el señor Rajoy y que no hay quien lo cure.

Da la casualidad de que, en la misma página, este periódico se refiere a otra cuestión de tipo económico que, para los canarios, puede ser bastante peor que los milloncejos borrados del mapa, se supone que por el señor Rajoy. Se trata de un posible cierre de la refinería la Cepsa, que no quiera Dios que sea hermético y que, afortunadamente, la empresa niega, porque se quedará Santa Cruz con miles de parados que actualmente cubren la plantilla de la refinería y sus empresas subcontratadas.

a cuestión surgió a consecuencia de una advertencia del alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, de llamar la atención a Cepsa por no controlar suficientemente la emisión de gases de la industria, cuestión en la que intervinieron las autoridades jurídicas después de la llamada de atención del alcalde a los responsables de la industria petrolera establecida casi en el centro de la ciudad y próxima todavía a numerosos grupos de viviendas.