La coordinadora 25-S y la Plataforma En Pie han convocado una concentración para el próximo sábado día 28 en la plaza de Oriente de Madrid, lugar donde se halla el Palacio Real, a fin de pedir la abolición de la monarquía española por considerarla, por su origen, con escasa legitimidad, ya que "Juan Carlos fue nombrado por Franco como su sucesor a título de rey; y también porque nunca ha tenido tipo alguno de refrendo popular". Es decir, esta gente considera a la monarquía una institución antidemocrática e ilegal.

Vayamos por partes y repasemos la Historia. Desde los primeros reinos visigodos, pasando por los cristianos, los árabes y posteriormente la unificada España bajo la Corona de los Reyes Católicos, la tradición ha marcado la marcha de España por la senda de la monarquía, interrumpiéndose sólo en tres ocasiones: I República (1873-1874); II República (1931-1939) y gobierno del general Franco (1936-1975).

Al proclamarse la II República, el entonces rey Alfonso XIII, abandonó el país sin abdicar formalmente ni renunciar a ninguno de sus derechos. Sólo en enero de 1941, un mes antes de su muerte, abdicó en favor de su tercer hijo, don Juan de Borbón, convirtiéndose este en jefe de la casa real y heredero de la Corona española. Pese a ello, Franco jamás quiso que don Juan fuera designado rey de España, consintiendo, no obstante, en que el hijo de este Juan Carlos fuera educado en España para ser rey en un futuro. ¿Y por qué Franco no quiso que don Juan fuera rey de España y sí don Juan Carlos? Franco sabía que don Juan quería ligar el proyecto de restauración de la monarquía a una concepción política liberal y democrática. Algo a lo que el generalísimo se oponía basándose en la experiencia republicana y porque deseaba que su sucesor continuara con su ideología política.

Basándose en la Ley de Sucesión de 1947, Franco designó, en 1969, a don Juan Carlos de Borbón como su sucesor en la Jefatura del Estado con el título de Príncipe de España. Este hecho, como era de esperar, distanció durante algunos años a don Juan y a su hijo. De hecho no se podía considerar rey a Juan Carlos I, según la tradición borbónica, hasta que don Juan no abdicara de sus legítimos derechos a favor de su hijo. Hecho histórico que se produjo formalmente en 1977, mediante el cual don Juan renunció oficialmente a sus derechos dinásticos, cediendo a su hijo la jefatura de la familia y la casa Real de España.

Con la Ley de Sucesión, Franco, pretendió devolver la legitimidad de la Jefatura del Estado a la monarquía española en la persona de don Juan Carlos de Borbón. Algo que discuten y rechazan los grupos republicanos y antimonárquicos, al considerar la ilegitimidad de tal nombramiento. Veamos: sin hacer especial mención a las Cortes que aprobaron la Ley de Sucesión y a don Juan Carlos como futuro rey de España, no cabe la menor duda de que Franco no hizo otra cosa que restaurar la monarquía como forma de Estado interrumpida tras la proclamación de la II República, haciendo que las cosas volvieran a su anterior estado y situación, ya que los derechos dinásticos de la Casa Real, cuyo poseedor y depositario fue el rey Alfonso XIII, no se extinguieron al no hacer el monarca expresa dejación de tales derechos, que heredó su hijo don Juan y posteriormente traspasó al hijo de este, don Juan Carlos I, ya como rey.

La legitimidad de la monarquía española en la persona del rey Juan Carlos I se ajusta a Derecho, porque así consta en la propia Constitución Española de 1978, refrendada por la mayoría del pueblo español.