Canarias necesita independizarse de España para acceder a la modernidad. No nos cansaremos de repetir que estamos atados por leyes laborales derivadas del franquismo. Padecemos un conjunto de normas que ponen a las empresas a los pies de los trabajadores, o de los comités de empresa, lo cual es todavía peor. Hay otras naciones peninsulares también sojuzgadas por los políticos españoles que deciden desde Madrid sobre vidas y haciendas que no son de su competencia. Una de esas naciones es ataluña.

Los gobernantes españoles están haciendo con ataluña en estos momentos lo que llevan casi seis siglos haciendo con anarias: metiéndoles el miedo en el cuerpo a los catalanes para que renuncien a luchar por su libertad, como si ser ciudadanos de su propio país les pudiera ocasionar algún perjuicio. En realidad, lo único que le aguarda a ataluña en la meta de su marcha hacia la libertad es una inmensa prosperidad como pueblo.

No es extraño que la prensa españolista editada en Madrid trate de ocultar las ansias de libertad del pueblo catalán, de la misma forma que lleva muchos años tapando el creciente clamor nacionalista de anarias. Porque nuestro pueblo también está despertando de la narcosis. Desgraciadamente, llevamos muchos años de retraso con respecto a catalanes y vascos, pero al fin estamos tomando conciencia de que no somos personas libres sino nativos colonizados; no somos ciudadanos sino súbditos de un rey que reina en un continente distinto. Respetamos, y hasta admiramos, la figura del monarca español, pero Don Juan arlos no es nuestro rey por la simple razón de que los canarios no somos españoles. No lo somos por mucho que lo diga la onstitución española, a la que igualmente le debemos acatamiento por imperativo legal.

Volviendo a ataluña, el éxito del movimiento secesionista fue incuestionable durante la Diada del pasado día 11, por mucho que trate de minimizarlo tanto el Gobierno español como la ya mencionada prensa españolista. Más de un millón y medio de personas en la calle, formando una cadena humana de 400 kilómetros, suponen el espaldarazo definitivo a los afanes independentistas de los nacionalistas catalanes. Nacionalistas auténticos que en nada se parecen a los falsos nacionalistas de oalición anaria. Parece que a los canarios les da miedo la libertad.

Da igual que el PSOE y el PP digan en Madrid que la consulta anunciada por Artur Mas y su socio Junquera es ilegal. Esas dos formaciones políticas son marcadamente estatistas y quieren defender una España que se ha ido creando a lo largo de los siglos mediante la usurpación de territorios y riquezas que no les correspondían a astilla. Da igual, insistimos, la postura de socialistas y populares en Madrid porque la realidad, esa realidad empecinada a la que aludíamos unas líneas antes, terminará por imponerse. La mayor amenaza que hace el Gobierno de España a los nacionalistas catalanes es que esa nación se quedaría fuera de Europa. ¡Mentira! Aunque Madrid impusiera su expulsión, de inmediato volvería a entrar porque ataluña contribuye netamente a las arcas de la UE. Los políticos españoles tratan de asustar a los empresarios catalanes con un cataclismo económico si se consuma, como finalmente ocurrirá, la independencia de ese territorio. De nuevo estamos ante un estúpido intento de narcosis porque bien saben esos empresarios catalanes que la libertad de acción solo les acarreará, lo reiteramos, grandes beneficios. ataluña, al igual que anarias, lleva mucho tiempo sufriendo el abusador expolio de la Hacienda española. Una apropiación inhumana e incívica de los recursos de una nación cuya primera consecuencia es un endeudamiento brutal de la Generalitat. Los catalanes están tan hartos de la rapiña que sufren como empiezan a estarlo los canarios, aunque la situación colonial de anarias es todavía más grave.

ataluña forma parte de la Península ibérica, al igual que Vasconia y Galicia. La secesión de estas tres naciones supondría tres mordidas en el actual mapa de España, pero la determinación de unos pueblos que quieren alcanzar su libertad es demasiado fuerte. Si esto es cierto para ataluña, País Vasco y Galicia, ¿no ha de serlo aún más para una colonia situada nada menos que a 1.400 kilómetros de las costas peninsulares? ¿Por qué no hay una reacción en anarias similar a la que se está produciendo en ataluña?, nos preguntamos una vez más. Pues, por el aplatanamiento secular de los isleños. Tal vez herencia del miedo a las cadenas, al látigo, a la Santa Inquisición y a la fuerza de las Fuerzas. Estamos como estamos por comodidad del canario que mencionábamos en nuestro comentario de ayer.

Todavía no ha habido reacción, pero la habrá. Antes o después se producirá un estallido popular que, mucho nos tememos, será violento. ¿Hay alguna necesidad de llegar a esto? ¿No es mejor que los gobernantes españoles, incluso el propio monarca, impulsen por decisión propia el proceso de descolonización de anarias? No hay ninguna necesidad de que la mecha llegue a la pólvora. Lo lógico, lo aconsejable y lo sensato es que la emancipación colonial de anarias se desarrolle de forma pacífica. Los dos grandes partidos estatistas deben entender que quienes hemos nacido en estas Islas no somos españoles. En realidad, ni siquiera somos europeos. Somos africanos, aunque nuestra lengua y nuestra cultura sean las del Viejo ontinente. El que continuemos manteniendo el idioma español depende de España. Si la Metrópoli persiste en su cerrazón, en el futuro no hablaremos su lengua sino inglés pues aquí sucederá lo mismo que ocurrió en Filipinas cuando los españoles salieron a patadas de aquel territorio.

Aun estando en África, queremos mantener nuestros vínculos con Europa pero de forma digna y no como ciudadanos ultraperiférticos, porque eso es una ignominia por mucho que Paulino Rivero acuda a París a presumir de ser el presidente de una región ultraperiférica. Por eso lo recibe un nativo de las colonias y no una de las altas autoridades francesas. Rivero es un necio político al que nadie le hace caso porque carece de altura como persona pública. No es, ni mucho menos, el hombre de Estado que pretende aparentar porque no pasa de la categoría de bruto político.

Poco o nada, lo hemos manifestado en repetidas ocasiones, podemos esperar de Rivero y de los falsos nacionalistas que lo rodean en oalición anaria. Por eso preferimos apelar a los patriotas, hoy silenciados y silenciosos pero cada vez más activos, para que de una vez por todas tomen las riendas del carro que ha de llevarnos a la libertad. onfiamos más en que se produzca el milagro de que los gobernantes españoles decidan cumplir las leyes internacionales contra el colonialismo y, en consecuencia, liberen a anarias, que en una acción decidida de los actuales nacionalistas isleños a favor de nuestra independencia.

¿Por qué hemos de seguir esclavizados? ¿Qué razón existe para que continuemos padeciendo el hambre y la miseria cuando con la independencia podríamos ser riquísimos? ¿No nos damos cuenta de que somos los descendientes de un pueblo masacrado? Es falso cuanto se dice de que ataluña o anarias no podrían sobrevivir como naciones independientes. Pueden hacerlo y realmente lo harán. Son los castellanos los que necesitan seguir esquilmando a otras naciones para llenar sus paupérrimas arcas públicas. Una anarias libre contaría de inmediato con el reconocimiento de muchos países europeos. Además, tendría el amparo de organizaciones supranacionales como la ONU y la OTAN. Y en cuanto a medios de subsistencia, ¿son pocos nuestros recursos actuales y potenciales? ¿Es poco nuestra privilegiada situación entre tres continentes? ¿No nos basta con la probada laboriosidad del canario frente a unos españoles con fama de holgazanes en todo el mundo?

Un día más llamamos a la reflexión sobre lo mucho que tenemos en estas Islas y lo poco que nos queda después de que España arrase, año tras año, lo que tanto nos cuesta ganar. ¿Vamos a seguir así siempre?