El pasado 15 de mayo escribí en este periódico un artículo titulado "Otro debate (interesante) sobre el petróleo". Tras unas consideraciones previas sobre la desmesurada afición existente en este país a discutir interminablemente cualquier asunto, añadí que hay excepciones. Por ejemplo, el Foro Agustín de Betancourt. n concreto, el debate convocado para ese mismo día en Santa Cruz sobre las prospecciones petrolíferas. Sin escatimar piropos, escribí que la intervención de cuatro ponentes "de lujo" garantizaba el alto nivel de la anunciada sesión. Igualmente tuve palabras muy elogiosas para el presidente del Foro, Pedro Anatael Meneses, y lamenté que no pudiese asistir debido a un compromiso profesional.

Silencio universal. Ni una llamada telefónica, ni un simple SMS, ni un correo-e ni una sola referencia en la multitud de blogs, pasquines digitales y panfletos varios que inundan la red. Carencia de reconocimiento que no me importó, ni mucho menos me sorprendió, porque ha pasado mucho tiempo desde que aprendí que algunos periodistas estamos para todas las duras y para ninguna de las maduras. Si esto hubiese acabado ahí, a estas alturas de la película no recordaría el "detalle". Sin embargo, desgraciado de mí, la semana pasada se me ocurrió volver a comentar algo sobre este Foro y el citado debate petrolero. ntonces sí que tuve respuesta, aunque no para bien. l vicepresidente de esta curia escribió de mí en una página web que mantiene -y en la que figura el número de una cuenta bancaria para que la gente aporte dinero a su causa y a su bolsillo; los bobos ya no se fabrican-, lindezas tales como que Ricardo Peytaví "demuestra que para escribir en ese medio (se refiere a L DÍA) no hace falta saber leer o comprender lo que se lee. Basta con tener apego al puesto de trabajo y saber qué cosas tienes que escribir para seguir pasando por caja todos los meses. Pero este artículo que publica este 21 de septiembre es un paradigma de a qué bajos niveles se puede llegar cuando uno ni se toma el trabajo de leer lo que critica". He corregido las faltas de ortografía al transcribir el texto porque las patadas a la gramática me dan un latigazo en los ojos.

Insiste el vicepresidente del mencionado Foro en que los conceptos tratados en dicho debate "escapan a las neuronas de quien ni siquiera alcanza a entender lo que lee". Ítem más, considera que intento desprestigiar a quien opina distinto no de mí, sino de la persona a quien sirvo tan abyectamente. "Ha perdido el tiempo el mercenario largando lodo sobre una entidad que no ha dicho lo que tanto ha molestado al jefe de Peytaví (supongo que habla del editor de L DÍA). Y, desde luego, no se ha metido el hombre con Manuel Medina, porque ni a eso se ha podido atrever. Porque hasta él se da cuenta de que hay gente con la que no puede atreverse. Peytaví, Peytaví, cuánto tienes que mejorar en tu comprensión lectora, para que puedas cumplir con tu triste función. De dignidad, ni hablamos".

n fin, sobre lo de no "atreverme" con Manuel Medina no sabría qué decir. Amigo de Manolo no lo sé porque la amistad es muy relativa, pero desde hace muchos años tengo suficiente confianza con él para coger el teléfono, buscar en la lista de nombres y apretar una tecla. Lo mismo que hace él para hablar conmigo siempre que desea comentarme algo, ahora no tanto porque ya no es eurodiputado y sus asuntos como abogado no son de mi incumbencia. n cuanto a lo de abyecto (vil y despreciable según el diccionario), es obvio que tal calificativo define más al vicepresidente que a mí mismo o a José Rodríguez, propietario de una empresa privada que a día de hoy mantiene con su patrimonio personal y familiar porque la crisis no respeta a nadie. Pese a ello, el presidente del Foro Agustín de Betancourt, el ya mencionado don Pedro Anatael Meneses, tiene abiertas las puertas de esta Casa para expresar lo que estime oportuno aunque sus ideas no van en la misma línea de lo que defiende L DÍA porque considera que es lo mejor para Tenerife y para Canarias. ¿O es que el señor Meneses no acude cada vez que quiere a un programa que dirijo y presento en L DÍA-Televisión? ¿Alguna vez le ha dicho alguien lo que puede decir y lo que debe callar en sus comparecencias? ¿Le ha explicado esto don Pedro Anatael a su vicepresidente? No lo sé.

Lo ignoro porque el presidente del Foro se limitó a remitirme un correo-e, cuando quise saber a cuenta de qué esos insultos, en el que me decía que el vicepresidente no hablaba en nombre de la institución sino a título personal, y que por lo tanto lo desautorizaba. Desautorizado sottovoce, claro; en público, no. Cabe suponer que tampoco le explicó, respecto a mis neuronas y esas cosas, que fui alumno suyo, que aprobé con notas decentes las asignaturas que él impartía y que en el trabajo de fin de estudios obtuve un sobresaliente. No debió hacerlo a tenor del mensaje enviado a posteriori por el señor que me considera un lacayo abyecto; texto en el que me vuelve a tachar de inmoral y me ofrece, chulescamente, sus datos personales por si los necesito. Le faltó agregar que vaya a buscarlo en persona si me atrevo. Mal deben andar las cosas cuando un Foro, al que sigo considerando serio, incluye en su junta directiva a un bravucón de patio de recreo.

Sobra añadir que este señor no solo sigue de vicepresidente en el Foro Agustín de Betancourt, sino que va a continuar en el cargo. Puestos a elegir, siempre es mejor estar a bien con un colega de ideología que con un periodista de usar y tirar como los pañuelos de papel. Lo que lamento no son las injusticias ni las injurias; a eso ya estoy acostumbrado. Lo que temo con preocupación es la posibilidad de que señores como el vicepresidente de este Foro puedan decidir algún día en cualquier institución de este país, porque lo primero que harían sería reabrir las checas.

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