Vaya por delante que yo creo que la crisis no ha pasado, a pesar de lo que ha dicho Rajoy en Panamá y de lo que repiten sus acólitos del PP en todos los foros, bien apoyados por Botín -vaya nombre para un banquero-. Es curioso: Botín ocupándose de las familias españolas en sus discursos y su banco quitándole las casas a esas mismas familias. Hace falta ser hipócrita. La crisis no dejará de serlo hasta que las economías domésticas vuelvan a funcionar y hasta que las pymes y autónomos alivien las listas del paro. Esto es tan elemental que asusta, pero a los políticos no les interesa hablar sino de la macroeconomía, que es la primera que se soluciona tras las grandes crisis; y ésta, probablemente, ha sido tan grave como las de las postguerras. Dura más de cinco años y persiste hoy. Tras la sequía económica llega una profunda depresión de la población. Un brutal choque sicológico de quien lo ha perdido todo y se enfrenta otra vez a un periodo de actividad empresarial, o sencillamente productiva, si es un autónomo. Esta depresión tiene un costo moral tremendo en los individuos y unas consecuencias que deben ser estudiadas. Muchos empresarios en la ruina han entonado el "nunca más". No quieren enfrentarse a nuevas cuotas de la Seguridad Social, ni a nóminas, ni a indemnizaciones de empleados, ni a concursos engorrosos de acreedores, ni a administraciones judiciales, ni a riesgos de impago de sus clientes. Están hartos y agotados de dar manotazos en el aire. Éstos están descartados.

2.- Por eso el Gobierno pone el énfasis y las ayudas en los emprendedores, los nuevos empresarios, y abandona a su suerte a los anteriores. En las recientes normas para la reducción de las cuotas de autónomos se excluye a los que han sido autónomos alguna vez, aunque tengan veintitantos años. Esto es un disparate como una casa. Hay que ayudarlos a todos por igual. ¿Qué pasa, que le dan la espalda a alguien que ha sido autónomo, aunque tenga 29 años, y también a un señor de 50 que quiere seguir trabajando individualmente? Todos ellos deberán pagar más de 200 euros mensuales de cuota y los nuevos emprendedores 50. No es justo. Es terrible esa norma.

3.- La crisis no dejará de serlo hasta que las familias puedan comer todos los días, no pierdan sus viviendas, tengan acceso al crédito, se reactive el consumo, a los funcionarios se les exija trabajo y no se les machaque más y a las pymes y autónomos se les beneficie con exenciones fiscales y laborales y se les incentive. De lo contrario no va a haber trabajo y el paro no descenderá. Al fin y al cabo, las ayudas a los autónomos y a las pequeñas empresas son una inversión segura del Estado: al momento las listas del desempleo bajarán significativamente.

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