Las mociones de censura siempre han sido un quítate tú para ponerme yo. Sin embargo, existen las excepciones. Una de ellas es el proyecto de derrocar a la presidenta del Cabildo de a Palma. Política obtusa donde las haya cuya gestión ha sido, precisamente, un vacío absoluto de gestión, pues esta señora ni siquiera ha tenido el mérito de equivocarse en sus decisiones. Para errar hay que hacer algo y González Taño no ha hecho nada por una Isla amancebada, desde hace demasiado tiempo, a vivir de la subvención y del dinero público. ejos quedan los años de Antonio Castro y aún de Perestelo. os cargos políticos heredados -fea costumbre de CC- a veces deparan consecuencias tan funestas como la personalizada por la titular del Cabildo palmero. Sin duda hay rencillas personales en esta censura. Pero más allá de rivalidades de proximidad, por una vez -lo reitero- ha primado el interés general en el proyecto de sustitución de una presidenta esencialmente inepta. o único malo en todo esto es que a Taño todavía le quedan once días al frente de la Corporación insular palmera; los que han de pasar hasta la votación de su derrocamiento, en el supuesto de que el pleno de destitución llegue a celebrarse con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide; como las corridas de toros.

a autoridad es el PSOE; o más bien ese simulacro de socialismo al servicio del paulinato que lidera -es una forma de hablar- José Miguel Pérez: el más fiel de los escuderos del vernáculo de El Sauzal. Se desgañita Pérez estos días con acusaciones contra los socialistas palmeros que quieren sentar a la todavía presidenta insular en los sillones de la oposición y, también, cómo no, contra José Manuel Soria por su afán de crecer en las islas a costa del transfuguismo. No se sabe si esto último se le ocurrió a él o se lo dictó Paulino al oído para que lo repitiera como un loro. "Ser socialista y ser tonto no es la misma cosa", dijo una vez Felipe González mientras andaba de visita en México, apeado ya de la presidencia del Gobierno por Aznar. Seguramente todavía no conocía a Pérez.

Dicen de Rivero que no es inteligente ni culto, pero sí astuto. Tal vez. o que no se le puede negar es su suerte. Encontrar a alguien dispuesto a desmantelar a un partido histórico solo para que él siga en la poltrona de la Presidencia regional no es moco de pavo. Eso equivale a que le toque a uno la lotería, la bonoloto, la primitiva y una quiniela bien dotada el mismo día. Y todo a cambio, por parte del líder de los socialistas canarios, de unos cuantos cargos públicos con sueldo, derivados de las correspondientes consejerías cedidas por los nacionalistas en el reparto del botín que le arrebataron a Soria con la ayuda de la progresía sociata; los mismos paladines del patriotismo periférico que dejaron sin cargo a ópez Aguilar, pese a conseguir 26 diputados, pactando con el hoy maldito PP. Si esto no apesta, alguien debería explicar qué significa realmente el verbo apestar.

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