rimera función, martes 26 de noviembre, de una producción muy lograda con materiales y mano de obra local que puede catalogarse de excelente y exportable. Utilizar e invertir en una producción como esta significa crear valor añadido y beneficios para la tierra. Muchas felicidades a los organizadores por un espectáculo de gran dignidad en decorados, vestuario y atrezo, con dirección escénica de Stefano Monti.

"Nabucco", pese a su fama, no es ni mucho menos uno de los mejores títulos del gran Verdi, es básicamente coral, donde destaca el esperado "Va pensiero", además de otros momentos culminantes donde el coro es indispensable, y en esta ocasión, sinceramente me encantó, estuvo soberbio, plagado de jóvenes voces isleñas que supieron actuar y cantar con gran soltura, seguridad y valentía, a las órdenes de su maestra Carmen Cruz. Junto con el buen hacer de la orquesta y su director, Miguel Ortega, crearon la atmósfera impactante que gustó al público, correspondiendo con grandes ovaciones.

Una muy buena entrada, con localidades de precios variados, permitieron acercar la ópera a un público muy diverso, donde había personas emperchadas, como corresponde a una premier, gente simplemente arreglada, y algunos de cualquier manera, lo que evidencia que son personas no asiduas a estos eventos, pero bienvenidos sean, pues lo importante es que poco a poco se vaya renovando el aforo, y sobre todo que salgan contentos para seguir teniendo apoyo en el futuro.

Un reparto muy bueno en general, con una soberbia actuación de los dos principales protagonistas, el Nabucco del barítono Carmelo C. Caruso y la Abigaille de la soprano Micela Carosi. Lástima que sus arias no tengan tanta sustancia como sí ocurre en otros números más recordados de obras de este compositor: Rigoletto, Aida, Trovador, Traviata... Aquí se matan a cantar y su esfuerzo musical no está tan compensado, pero el público les premió con grandes ovaciones. Caruso tiene una voz rotunda y segura, como muchos barítonos italianos, que adquieren una enorme capacidad para afrontar estos roles. La señora Carosi, además de gran cantante, es una estupenda actriz, y defendió sus difíciles y complicadas arias con enorme soltura y expresividad, demostrando ser una veterana en estas lides.

El tenor Javier Palacios como Ismaele y la mezzo Alessandra Volpe como Fenena cumplieron muy bien sus cometidos, así como el tenor Badel Albelo como Abdalio, la soprano Judith Pezoa como Anna, y el bajo Néstor Suárez como el Sumo Sacerdote de Babilonia, todos canarios, que estuvieron muy seguros en sus roles, lo que justifica sobre manera la escasa necesidad de importaciones. Dejé para el final al bajo Eugeniy Stanimirov, intérprete de Zaccaria, quien pudo tener una mala noche, porque desafinaba continuamente, y a veces de una forma tan clara que estuvo a punto de cargarse varios de los números del coro. En mi humilde opinión, si algo tiene que fallar, prefiero que sea con alguien nuestro que con gente de fuera, y en esta ocasión lo del búlgaro ha sido lamentable. Por suerte fue un pequeño borrón en una noche bastante homogénea.

Desde ahora recomiendo a los organizadores volver a unir fuerzas con los de Las Palmas e intercambiar producciones. Es otra forma de acercar de nuevo los festivales, abaratar costes y compensar las inversiones. Quizás sea demasiado romántico seguir pensando que uniendo fuerzas se podrían hacer muchas más cosas. El mundo está cambiando, y en esta era de convulsión económica la ópera debe dejar de ser de capillitas donde cada cual quiere hacer su obra y ganarse la gloria saliendo en la foto. Porque al final pasa como en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, con un montón de producciones carísimas apiladas en grandes almacenes y muriendo de inanición.

En definitiva, un buen "Nabucco" con una pequeña laguna que espero se corrigiera en las siguientes funciones. La parada final de este año es el recital del tenor Gregory Cunde, con la incorporación de la guapísima y magnífica soprano Yolanda Auyanet. En enero comienza la nueva temporada, que estará igual de dividida en el tiempo. Será con el Roberto Devereux en concierto con la misma Yolanda y Celso Albelo. Parece que el Gobierno de Canarias aumentará la partida para cultura y podrán mantenerse los distintos festivales un año más. Es mi gran deseo.

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