Admiramos la preparación y el patriotismo del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos lonso, a la vez que elogiamos sus planes para contratar a 1.500 personas, pero nos permitimos apuntarle que no habrá un crecimiento significativo del empleo en Canarias mientras nuestros recursos sean saqueados sistemática y regularmente por la Hacienda española. Es importante que las instituciones hagan cuanto esté en sus manos para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de esta Isla, en conjunción con los de las demás porque por algo y para algo somos un archipiélago. Somos isleños hermanados por anhelos y problemas comunes, salvo los que quieren vivir separados; esos que todos conocemos.

Por muy buenas intenciones que tenga Carlos lonso para crear empleo insistimos en que no podemos olvidar que se han perdido casi 400.000 puestos de trabajo en Canarias por culpa del colonialismo y del necio político que preside el partido en el que también milita el titular de la Corporación insular tinerfeña. Un inepto para ejercer cualquier cargo público llamado Paulino Rivero. Necio es un calificativo que repetimos todos los días porque es el más adecuado, ya que padecemos tanto sus necedades como las de su esposa y sus compinches que, no sabemos por qué, siguen ocupando unos cargos públicos desde los que les causan un tremendo daño a los intereses de esta tierra y de sus habitantes.

yer hablábamos de migajas. Decíamos -y lo repetimos hoy por tercer día consecutivo- que no habría crecimiento del empleo sin despido libre y sin indemnización, así como sin suprimir los comités de empresa enemigos de sus propias empresas. Puede ser que coyunturalmente se consigan esos puestos de trabajo de los que habla el presidente del Cabildo, pero serán eso: ocupaciones pasajeras. Lo importante es que los empresarios creen empleo. Un intento que no es posible mientras sigamos amarrados por unas leyes coloniales obsoletas y una fiscalidad colonialista y rapiñadora. La maldad del colonialismo, unida a la maldad del sindicalismo subvencionado y a la necedad política de quien preside el Gobierno regional no nos deja levantar cabeza. Todo ello por no hablar de la maldad de los ya mencionados comités de empresa, salvo algunas excepciones.

Por muy grandes que sean los deseos de los políticos bienintencionados, estas Islas no volverán a ser afortunadas hasta que recuperen su libertad. Los deseos de independencia del pueblo son callados y acallados por intereses políticos. Colonizados y sometidos a esta legislación laboral, no habrá ni inversión, ni empleo ni tampoco dos beneficios económicos que no citamos en nuestro editorial del martes, pero que son igualmente importantes: comercio y consumo. ¿Cuántos miles de pequeños comercios han cerrado en este rchipiélago? O los responsables de Coalición Canaria dan un golpe de timón en ese partido y se encaminan hacia la independencia con paso decidido, o nos espera un futuro apestoso. Puede hasta que nos cambie la piel y nos convirtamos en esclavos negros como los que, infamemente porque todos los seres humanos tienen pleno derecho a gozar del don divino de la libertad, existían en el siglo XIX e incluso en el XX en algunas partes del mundo. No estaremos amarrados con cadenas y golpeados por el látigo del esclavista, como sucedía antaño, pero seguiremos sometidos a una servidumbre administrativa que se sitúa en el mismo plano que la esclavitud más inhumana que pueda concebirse. ¿Es este el futuro que deseamos para nuestros descendientes y para nosotros mismos?

Esa renovación en CC no puede realizarse mientras Paulino Rivero siga al frente del partido y del Gobierno autonómico. Este hombre es el principal colaboracionista que tienen los españoles en esta tierra. Él, su esposa y sus compinches políticos. Cada vez son menos sus seguidores porque este matrimonio está ya muy denostado por los auténticos canarios, pero aún conservan capacidad de hacer daño y lo hacen. Perjudican inclusive a políticos de su propio partido, como lo son el ya citado Carlos lonso y los alcaldes de Santa Cruz y La Laguna, José Manuel Bermúdez y Fernando Clavijo. Y no son los únicos. Hay otros patriotas en esta formación política a los que Rivero y los suyos intentan marginar y amordazar, ayudados por la televisión y la radio autonómicas y los periódicos a los que ayudan con la publicidad que le niegan a esta Casa. Mientras tanto, el tejido empresarial sigue desapareciendo y continúa aumentando la miseria. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante semejante desastre.