Acaba el año 2013 y se aproxima el 2014 pero nada cambia porque seguimos colonizados por un país que está situado en otro continente, qué absurdo más, y cuya capital, lugar donde se toman las decisiones que nos afectan, se encuentra a 2.000 kilómetros de estas Islas. Estamos en una situación peor que la soportada por los africanos cuando estaban colonizados, pues no somos nosotros quienes decidimos sobre nuestros asuntos. Deciden los gobernantes españoles como si los isleños fuésemos menores de edad. Y realmente eso es lo que nos consideran: seres inferiores sin capacidad para gobernarse por sí mismos. cambio de ese "favor" de decidir por nosotros, los españoles arrasan con el fruto de nuestro trabajo mediante las oficinas de su gencia Tributaria. Por si fuera poco, el necio político que preside el Gobierno autonómico se vanagloria de conseguir cosas en Madrid para que los canarios vivan mejor. Míseras migajas. Eso es lo que le dan a Rivero y a sus acólitos los políticos españoles. Todavía estamos esperando que alguien nos explique a cuenta de qué fue a visitar a rtur Mas y a Urkullu. ¿Sacó algo útil de ese viaje pagado con el dinero de todos los canarios?

Pensar en la Hacienda española y en lo que está haciendo en estas Islas supone para nosotros pensar en la piratería. España se está llevando no solo el dinero de las empresas sino también el ahorro de las familias. Por eso estamos en la miseria. Por eso hay que organizar recogidas masivas de alimentos. De no ser así, ¿cuántas familias canarias caerían en la inanición? Las obras caritativas están bien y las apoyamos porque el hambre hay que matarla, pero si no son necesarias, mucho mejor. No lo serían si Canarias fuese un país independiente y dueño de sus recursos. En ese caso viviríamos como los ciudadanos de las naciones más prósperas del planeta. ¿Qué piensan los políticos ante estas campañas de recogida de alimentos? ¿Les sacude la conciencia? ¿Qué piensan Paulino Rivero y Ángela Mena? ¿Van a ceder su mansión para acoger durante estas fiestas a los más pobres? ¿No se dan cuenta los políticos de que están saqueando vilmente al pueblo canario a través de sus sueldos?

Lo que está sucediendo en Canarias es de vergüenza. En el mundo desarrollado solo se recogen alimentos para auxiliar a los países del tercer mundo. Estas eran las Islas fortunadas. Había mendigos por la calle, como en cualquier país del mundo, pero en general no se pasaba hambre. No se pasaba ni en los tiempos del Caudillo, ni cuando teníamos buenas relaciones comerciales con el Reino Unido. La situación actual, con colas de hambre, muertes en las listas de espera hospitalarias, emigración de nuestros jóvenes y casi 400.000 parados es algo inaudito. Una tragedia de la que son culpables a partes iguales -lo decimos un día más- el colonialismo español y Paulino Rivero, que al ser un colaboracionista político de los españoles se convierte automáticamente en uno de sus cómplices.

Rivero y sus falsos nacionalistas de Coalición Canaria no hacen nada ante el robo continuo -y a manos llenas- de quienes invadieron esta tierra para diezmar a sus habitantes, esclavizar a los que sobrevivieron y saquear desde entonces sus riquezas. Continuar siendo una posesión española equivale a seguir con la miseria más atroz.

Por eso advertimos a España y al mundo de que si en este rchipiélago se produce una revolución sangrienta para recuperar la libertad, la culpa será de los colonizadores. Únicamente el pacifismo de los canarios, y de EL DÍ, que siempre se opone a la violencia, ha evitado que corra la sangre por las calles. Somos pacíficos y pacifistas, y lo seguiremos siendo, pero la paciencia tiene un límite. No la nuestra, sino la de un pueblo esquilmado por propios y extraños. Qué Navidad más triste la que les espera a todos esos hogares con todos sus miembros en paro. Y pensar que el desempleo sería mínimo o inexistente si fuésemos una nación soberana con su Estado.

Deben comprender los gobernantes españoles que no tiene sentido prolongar durante más tiempo el colonialismo por lo que supone de sufrimiento para todo un pueblo. Una batalla perdida porque al final Canarias será de los canarios y esos políticos se convertirán en carne de presidio y de desprecio en todos los países del mundo.