Cuando salga este artículo estaremos a dos días de la Epifanía del Señor, o manifestación del Señor a los gentiles, es también el día en que se recuerda la venida de los Reyes Magos de Oriente, posiblemente de Persia, que tanta ilusión le ha hecho a todos los niños, especialmente en España, y países de nuestra cultura, hoy en día algo disminuida por los Papa Noel, y el laicismo imperante. Los Reyes siguieron una estrella que les indicaba donde había nacido un nuevo rey de Israel, demostrando mucha fe y arrojo realizando tan largo viaje, para adorarle y traerle regalos: oro, como rey; incienso como Dios; y mirra, prediciendo su pasión y muerte.

Recordemos el evangelio de Mateo 2,1-12: Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido?. Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarle". Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó donde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:" En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta. "Y tu Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreara a mi pueblo Israel "Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles:" Id y averiguad cuidadosamente que hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a adorarlo " Ellos después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron, después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso, y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino".

Veamos ahora algunas cuestiones relativas sobre lo que acabamos de decir: Los Reyes Magos: astrólogos, sabios, filósofos; pertenecían a una casta sacerdotal persa, y conocían la profecías de un profeta pagano y adivino, Balaán, quien vio la llegada de un rey judío acompañada por una estrella (posible conjunción astral de Júpiter, Saturno y ¿Marte? que tuvo lugar en el año seis, pues nuestro calendario tiene un desfase de 6 ó 7 años respecto al año de nacimiento de Jesús. En el siglo XVII Kepler la identificó como una supernova. Sobre el número de los magos hay varias versiones: los textos armenios y sirios afirmaron que eran doce, en las primeras representaciones de las catacumbas (Italia) aparecen dos, más tarde la tradición y la leyenda fijaron su número en tres. Por los regalos ofrecidos se deducirá que eran tres, en el siglo V el Papa León I el Magno estableció oficialmente su número en tres. Después de la Resurrección de Jesús el apóstol Tomás los halló en la ciudad de Sava (Saveh) en Persia (Irán), donde los nombró obispos, siendo posteriormente martirizados y muertos. Marco Polo en sus viajes en el siglo XIII así lo confirmó, visitando sus tumbas. La emperatriz Santa Helena se hizo con sus restos y los enterró en Constantinopla, Constantino, su hijo, los regaló a Milán, y en 1164 Federico Barbarrota robó su sepulcro, y los llevó a Colonia (Alemania), donde en su catedral construida al efecto que inicio su construcción en 1248, reposan actualmente.

Igualmente ocurre con los nombres, según un manuscrito fechado en el siglo VII, en la Biblioteca Nacional francesa, se les denomina : Bithisarea, Melchior y Gathaspa, en Milán donde se custodiaron sus tumbas varios siglos los llamaban: Dionisio, Rústico, y Eleuterio, pero en el siglo XVI en Rávena (Italia), en una representación de la adoración se puede ya leer: Gaspar, Melchor y Baltasar, permaneciendo así hasta la actualidad. También el 6 de enero se celebra la Pascua Militar, instituida por Carlos III para felicitar a los Ejércitos en agradecimiento de la reconquista de la isla de Menorca a los ingleses en 1783. Por la autoridad militar correspondiente se hace un balance del año y se presentan los planes futuros.