1.- Cuando el jueves llamé a mi amigo Arturo Maccanti para felicitarlo por sus primeros 80 años, me soltó una frase que ni siquiera tenía preparada: "El amor, cuando no es locura, no es amor". Lo comparto absolutamente. Arturo Maccanti, para mí el mejor poeta canario vivo y uno de los mejores poetas vivos de entre todos los poetas muertos, estaba pasando frío en La Laguna, cuando yo me debatía en los húmedos 15 grados de Santa Cruz. Veía cómo el peluquero luchaba con mi perra "Mentecata", para dejarla impoluta, mientras el hombre soportaba con estoicismo la ristra de preguntas que mi hija María Eugenia le hacía sobre la cría de los bull-dogs, las complicaciones del parto y la conveniencia de una cesárea. Cada vez que viene, mi hija coge por banda a la perra y la acicala y la lleva a la consulta de la doctora Natalia Rodríguez de Armas, en la Clínica Santa Cruz, para que le mire garganta, nariz y oídos, como se decía antes de los especialistas en otorrinolaringología. Ay.

2.- Maccanti estaba en la Laguna pasando frío y haciendo poemas con la caída de la tarde, o quizá paseando por La Carrera con la mente puesta en el nada que hacer. Los poetas son impredecibles. Lo bueno de Maccanti, aparte de la carga emocional, bellísima, de su poesía, es la profundidad de sus silencios. Hay poetas de un silencio frívolo, pero el silencio de Maccanti no es ni denso, ni frívolo; yo creo que es el silencio que dio Azorín a sus personajes poetas, como Félix Vargas; pero en vez de estar situado en Castilla, con sus umbrías y sus heladas, se hallaba en La Laguna, con otras umbrías y otras heladas.

3.- Y andando y andando, Arturo, se nos ha escapado el año y ha vuelto otro para traernos tu cumpleaños. Cumples en una época en la que todo el mundo se regala, pero a ti te debemos muchos regalos, que no acaban de llegar. Tienen que llegar. Hoy, cuando ustedes tengan el periódico en las manos, mi amigo paseará por La Laguna pisando los adoquines de la historia. Confirmando que el amor, si no es locura, no es amor. Los poetas pueden vivir de la palabra, pero a veces es menester un refuerzo. Pensar que han elegido "escrache" como palabra del año. ¿Y con qué rima eso, Arturo, amigo mío? A la poesía bien hecha hace años que le ha abandonado la rima, que ha quedado como el realismo en la pintura: en el baúl.

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