Es el momento de que los ciudadanos de la Unión uropea (U) nos pongamos de acuerdo en mejorar el proyecto que supone formar parte de la unidad social, política y económica de los 28 stados miembros. n este proceso el papel de spaña ha sido y es crucial. No únicamente por ser uno de los grandes países europeos, sino por el protagonismo que ha adquirido a lo largo del tiempo, fruto de su peso específico y de la representación de su Gobierno, que lo ha liderado.

La agenda de reformas realizada por nuestro país en coordinación con la U es de las más importantes que se han hecho en la democracia reciente y debe de continuar. Pero, además, tiene que venir aparejada la imprescindible unión fiscal y bancaria: puntos clave de cohesión europea.

Ahora es el momento de que spaña, que ha cumplido los acuerdos como país miembro, se sumerja en las decisivas elecciones europeas en las que elegiremos a nuestros representantes en la eurocámara y, por tanto, decidiremos en los temas cruciales que nos afectarán.

Se trata de un proceso trascendental que precisa, más que nunca, una constante pedagogía política al respecto para concienciar a la ciudadanía de la importancia de unos comicios que, por alejados que parezcan, nos tocan muy de cerca.

uropa como tal tiene su soberanía residida en la urocámara y desde allí se toman decisiones que afectan a todos los españoles y a los canarios de forma muy singular. Bolonia es un buen ejemplo de ello, pues representa la voluntad de uropa de unificar criterios en materia de formación. Y en esa senda, de unificación de criterios y de grandes temas, es en la que debemos continuar.

Unidad que queda de manifiesto en los valores que representa el continente: una democracia consolidada que nació de la devastación de la Segunda Guerra Mundial, madura y fortalecida por la cicatrices de la barbarie.

Unas libertades refrendadas de nuevo en el Tratado de Lisboa, del que tuve el honor de formar parte como parlamentario español, y que nos vinculan por un nexo común fundamentado en la tradición democrática de sus estados miembros.

Por esta razón, sin atisbo de pérdida de soberanía, las elecciones europeas han de servirnos para que nuestros parlamentarios sean capaces de defender nuestros intereses en los foros en los que Canarias no puede, ni debe quedar ausente.

Foros en los que se decidirán cuestiones trascendentales como las que hemos visto en los últimos años: financiación para las redes transeuropeas en las que se apuesta por la conectividad de las islas con el resto del continente, acuerdos pesqueros con Marruecos, aranceles para proteger nuestros cultivos plataneros u otros elementos tan importantes para spaña y el conjunto de su sociedad como son el Distrito Sanitario Único uropeo o el, cada vez más avanzado, Distrito de Investigación Único europeo y un largo etcétera que han supuesto un punto de inflexión en el desarrollo sociopolítico de nuestro Archipiélago.

Más uropa por tanto es, necesariamente, más spaña y más Canarias y todos debemos implicarnos en un apasionante proceso democrático que contribuirá a la consolidación de los valores del stado de Bienestar.

Y es que, como nunca nos cansaremos de decir, los grandes e importantes problemas de Canarias tienen soluciones nacionales o europeas y, una vez más, estas elecciones pueden irreversiblemente ayudar a erradicarlos.

uropa, pese a las duda que algunos les suscita, hace mucho por Canarias de forma constante. specialmente desde que las Regiones Ultraperiféricas se han convertido en una plataforma geoestratégica para el desarrollo socioeconómico del continente, concretada en los Fondos de Cohesión que recibe el archipiélago y en el Régimen conómico y Fiscal. Ahora somos un activo fundamental en el futuro de la U.

Canarias necesita por tanto implicarse en este proceso electoral relevantísimo para su futuro en la que por parte del Partido Popular, no me cabe la menor duda, irán los más preparados y los que más sienten a nuestra tierra.

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