Siguen las manifestaciones de los políticos, sea cual sea su ideología, sobre la creación de empleo. Palabras vacías porque es imposible una recuperación económica mientras sigamos con unas leyes laborales que datan de los tiempos del general y con una fiscalidad que ahoga a las empresas. Padecemos una desmedida protección de los trabajadores que entierra nuestra economía por dos motivos. No es plato de buen gusto para un patrono prescindir de parte de su personal, pero cuando han disminuido las ventas y la actividad de la mercantil va a menos ese es el único camino para salvar lo que queda de la empresa. El despido libre es imprescindible, pero lo impiden esas nefastas leyes laborales españolas con la ya mencionada protección excesiva del operario. Los comités de empresa son en muchos casos -no en todos, pero sí en muchos- el refugio predilecto de los gandules.

abemos que nos granjeamos la antipatía de los sindicatos cuando usamos estos términos, pero estamos obligados a ser claros en momentos difíciles. Hasta Obama le encarece a Rajoy que haga lo posible y lo imposible por generar empleo. in embargo, ¿cómo es posible que descienda el número de desempleados en España mientras los empresarios, que son quienes generan trabajo y riqueza, están maniatados por unas leyes obsoletas? No necesitamos inventar nada. Basta con copiar el modelo europeo. En ningún país existe tanto proteccionismo oficial como en España y, pese a ello, hay mucho menos paro. Hay trabajo -que es lo primero que necesitan los ciudadanos para vivir decentemente-, hay ingresos, hay consumo, hay más actividad económica, las empresas contratan a más personas y vuelta a empezar. Este es un círculo virtuoso en contraposición con los círculos viciosos en los que nos hacen girar una y otra vez los políticos ineptos.

La mayor torpeza de los canarios es mantener a un necio político al frente del Gobierno autonómico. A un nacionalista falso que permite la perpetuación del vil colonialismo ejercido por los gobernantes españoles sobre unas Islas que antes, hace tanto tiempo que ya no recordamos cuándo, eran afortunadas. Un colonialismo que nos obliga a acatar las leyes extrañas para nosotros, como esa absurda legislación laboral a la que nos estamos refiriendo desde el comienzo de este comentario, y que nos impone simultáneamente una fiscalidad arrasadora para la economía de los empresarios, las familias y los ciudadanos. Problemas a los que son ajenos Rivero, Mena y los secuaces de esta nefasta pareja de políticos que nos ha caído encima. in leyes propias, también eso lo reiteramos y lo seguiremos haciendo cuanto sea necesario, no vamos a ninguna parte. Y encima esquilmados por España. Y por si fuera poco todo lo anterior, mal gobernados por un pobre hombre -hablamos en su aspecto político- que no acierta porque no sabe. Un presidente ignorante que piensa que con ir a Madrid a visitar primero a Rajoy y luego al Rey se solucionan los problemas de estas Islas. Con eso, y también denunciando en los juzgados al editor de EL DÍA porque no quiso ser cómplice de un engaño más al pueblo canario.

Ya está bien de mentiras. Tenemos a nuestras espaldas seis siglos de engaños, de traiciones, de torturas, de temores infundidos e infundados. ¿Cómo es eso de que no podemos subsistir por nuestros propios medios? ¿Y Cabo Verde? ¿Y Malta? ¿Y las Islas Comoras? Las Comoras incluso se permitieron que Mayotte siguiese como colonia francesa cuando el resto de este archipiélago accedió a la independencia. Apuntamos este dato porque si Las Palmas aspira a seguir dependiendo de sus amos españoles, son sus políticos muy libres de adoptar esta decisión. Eso sí, que nos dejen a los demás buscar nuestra libertad, nuestra identidad y nuestra dignidad como pueblo, porque es indigno vivir como colonos colonizados, como negritos con la piel blanca, en pleno siglo XXI. Lo de negritos no lo decimos en sentido peyorativo para que otra magistrada nos acuse de xenófobos y racistas. Al contrario: cualquier africano es más libre y más digno que cualquier canario o cualquier habitante de los departamentos franceses de ultramar -colonias encubiertas, como Canarias con su infame disfraz de comunidad autónoma- porque es natural de un país soberano. Esperamos que algún día la Unión Africana, la ONU o la propia UE hagan algo por nosotros, porque de España difícilmente saldrá una iniciativa que propicie nuestra independencia.