Uno de los signos de este tiempo es la falta de confianza en los políticos y, en ello, aunque no seamos los únicos, tenemos buena parte de responsabilidad precisamente los que gobernamos. Tanto, que ahora debemos hacer un doble esfuerzo para llegar a la ciudadanía y desarrollar instrumentos para trabajar junto a ella.

No se puede pretender contar solo con el criterio de la gente cada cuatro años, cuando se necesita su voto. Sobre todo, en estos momentos, cuando la ciudadanía ve cómo se toman decisiones que le afectan sin tener en cuenta su opinión.

Esa demanda de participación ciudadana no debe asustar a nadie, porque es legítima, sana y necesaria para el desarrollo de la sociedad. Los modelos están cambiando y debe cambiar, consecuentemente, nuestra manera de gobernar, que no puede ser para la ciudadanía sino con la ciudadanía.

En ese sentido, en La Laguna venimos trabajando en una experiencia de gestión que se inició con Ana Oramas y en la que estamos profundizando a través de diferentes órganos participativos de carácter general, sectorial y temático o monográfico.

Entre ellos, el Foro Anticrisis, una iniciativa de la FAV-Aguere que aglutina, desde 2009, a todos los sectores laguneros y que está ya en proceso avanzado de convertirse en Foro Económico y Social, mediante una dinámica interna de trabajo original, tal y como permite la Ley de Grandes Ciudades; el Consejo Sectorial del Plan General, en el que se debaten y acuerdan todos los aspectos que tienen que ver con este proceso; la Comisión Ciudadana para la Convivencia; la Mesa de Comercio, la Mesa del Sector Primario; el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico; la Comisión para la Celebración del Aniversario de Patrimonio de la Humanidad; La Comisión Municipal de Mercado; el Foro Joven; las comisiones de centros ciudadanos...

Todos estos foros nos permiten discutir asuntos importantes desde ópticas diferentes, lo que da una perspectiva mucho más amplia, sin que, por ello, hagamos dejación de la función que tenemos conferida.

Pero, para que esto funcione, existen unas premisas fundamentales: Hay que creer en ello, se debe asumir que vamos a cometer errores en el proceso, se tiene que dejar participar a la gente desde el principio, y, sobre todo, hay que tener claro que, una vez se inicia este proceso, ya no tiene vuelta atrás.

Este trabajo conjunto ha posibilitado que la ciudadanía, sabiéndose parte importante del desarrollo de su municipio, haya impulsado proyectos como Barrios por el Empleo, pionero en Canarias, que ha partido de la A.V. San Román y Vecinos al Proyecto junto a la niversidad de La Laguna, y al que el Ayuntamiento se ha sumado con una apuesta clara por la mejora de la inserción laboral desde los propios barrios.

Otro ejemplo es el Proceso Participativo para el desarrollo de Bajamar y Punta del Hidalgo, en el que estamos consensuando, entre todos los agentes socioeconómicos vinculados al territorio, qué tipo de desarrollo se quiere para esta zona y definiendo las líneas de actuación para el futuro.

Todos estos ejemplos, que han dado como resultado un avance del municipio aún en contexto de crisis y un clima de consenso que se traslada al ámbito de lo político, nos señalan que, aunque nos queda mucho camino por recorrer, si lo recorremos juntos, aunque tardemos más, llegaremos más lejos.

(*) Alcalde de San Cristóbal de La Laguna