La economía, aparentemente, es la que maneja los asuntos de los países, incluido la política.Si la economía es boyante la satisfacción de la población en su conjunto es mas o menos aceptable;si la gente tiene trabajo la sociedad esta'' controlada y el bienestar se amplia universalmente. Y en caso contrario, como es la situación del estado español, que por mucho que se diga que se está en el umbral del mejor de los mundos, la economía sigue alimentando no a los que debiera sino al paro, que lo engorda, lo hace insufrible y la fractura social es mas que evidente lacerante donde los ricos cada vez son mas ricos, la clase trabajadora en el grilletaje de la sala de galeras, con 6 millones de forzados a remar contracorriente, y la clase media hacia su extinción y cubanizacion de la misma..

Sin embargo, en todo este marasmo económico muchas de las cuestiones, aun teniendo pésimas condiciones para desarrollarse una sociedad, la ideología es capaz y es mas que suficiente para enderezar entuertos territoriales, y dar satisfacción a reivindicaciones que tienen tanta importancia como las económicas.

Con esto lo que pretendo decir es que cuando hay una masa social amplia, liderada por una ideología concreta y en este caso, la nacionalista, se consiguen victorias y se amplia el horizonte de los pueblos. Pero para ello el nacionalismo, tal como existe en Euskadi y Cataluña, -no en Canarias, lamentablemente- tiene que poseer un solo discurso, un único lenguaje que, hasta, que simplemente, no lo dice, sino que grita, cual es el propósito fundamental del nacionalismo de esos pueblos, que aunque esté fracturado en diferentes posicionamientos socio-económicos en el momento en que hay que pronunciarse en cuestiones relevantes, por ejemplo, el derecho a decidir, la voz del nacionalismo se hace única, universal; y los problemas económicos y penurias se viven también, tanto en Euskadi como en Cataluña; no obstante se vuelven secundarios cuando la ideología, su poder aflora, se pone en rodaje y camina al unísono hacia la construcción nacional de sus pueblos, haciéndolos sentir como un solo cerebro donde lo que prevalece es la razón política que tiende a que su nación se institucionalice con los ropajes de un estado .

Y lo lograrán tarde o temprano, porque la mayoría es nacionalista y así votan, lo que se ha logrado a lo largo del tiempo, con pedagogía, con estrategias, con la historia mal contada y con los desafectos sufridos por el ombligismo de los gobiernos de Madrid hasta ahora ciegos, sordos y cicateros que creen que mas allá de ellos, lo que existe es el desastre. Craso error del cual ya se convencerán