"La Ley antidesahucios de Rivero es inviable económicamente", es el título de una de las noticias recogidas en nuestra edición de ayer. ¿Y qué no es inviable en estas Islas, antes afortunadas y ahora desgraciadas, desde que Paulino Rivero puso sus pezuñas políticas en el Gobierno autonómico?

Nos dan ganas de reírnos cuando oímos decir que este será el año en que por fin remontaremos la crisis económica. Una crisis que ya solo existe en España y en Grecia, pues hasta Portugal la está superando. ¿Qué remontada puede haber mientras sigamos en manos del político más necio que hemos conocido en nuestra vida y, lo que es igual de desastroso o incluso peor, colonizados por un país cuyas oficinas de Hacienda arrasan nuestros recursos?

No nos engañemos ni dejemos que nos engañen, pues con 600 años de narcosis inducida por los españoles tenemos bastante. No hay recuperación. Eso es mentira. Como mucho hay algunos altibajos. Eso que en términos bursátiles se conoce como el rebote del gato muerto cuando cae contra el suelo. Las supuestas buenas cifras del descenso del desempleo quedan de inmediato anuladas por las que apuntan a la enorme cantidad de puestos de trabajo que se han destruido. Es imposible hablar de remontada mientras nos rijan unas leyes españolas que jamás han tenido en cuenta ni nuestra idiosincrasia, ni nuestros intereses porque están al servicio de quienes nos colonizan. ¿Dónde está el despido libre que ha existido desde siempre en los países más desarrollados? ¿Dónde está esa tregua fiscal que pedimos para remediar los estragos del colonialismo que nos imponen desde una capital ibérica situada nada menos que a 2.000 kilómetros de distancia?

Se alarman algunos, como decíamos en nuestro comentario de ayer, porque aumente la economía sumergida en estas Islas. Lo repetimos: Canarias lleva mucho tiempo sumergida en el pozo de miseria al que la han arrojado el colonialismo español y la catastrófica gestión de políticos torpes, encabezados por el más nefasto de todos. Qué distinta sería nuestra suerte si al frente de las instituciones canarias estuviesen personas preparadas y decentes, en vez de la actual chatarra política que no sirve para nada. Denunciábamos hace unos meses el bochorno que supuso la expulsión de los consejeros socialistas del Cabildo de La Palma. Ahora nos encontramos con que un juez ha suspendido cautelarmente dichas expulsiones hasta que se celebre el juicio. Otro varapalo para unos socialistas canarios que van directos al precipicio por su apoyo a Paulino Rivero. Y si eso le está sucediendo al PSOE, ¿qué no le ocurrirá a Coalición Canaria por no quitarse de encima a este hombre, a su esposa y a los compinches políticos de ambos?

Paulino Rivero es la perdición. Es un político gafe, además de un traidor a su pueblo, que desgracia cuanto cae en sus manos. Es un político que ha malogrado este Archipiélago hasta tal punto, que muchas veces dudamos de que pueda existir recuperación. El panorama no es mejor en España. Un país sumido en una crisis perpetua y en manos de unos partidos que se perpetúan indefinidamente gracias a un antidemocrático sistema de listas cerradas en las que se cuela toda la morralla a que nos referíamos antes. ¿Por qué compartimos los canarios la misma miserable suerte que una nación decadente? Porque estamos colonizados. ¿Y por qué seguimos colonizados pese a que han transcurrido casi seis siglos desde que se produjo una invasión genocida, cuando ya se han liberado todos los países africanos? Porque carecemos de un nacionalismo auténtico como el que existe en Cataluña o Vasconia. Hay patriotas en nuestras Islas. Los hay incluso en las filas de CC, pero están amordazados por Rivero y sus secuaces políticos.

Casi 400.000 parados -y todavía, como decíamos al principio de este comentario, algunos hablan de recuperación-, interminables listas de espera -convertidas en las listas de la muerte para muchas personas que aguardan una intervención quirúrgica-, emigración, hambre y miseria; esta es la imagen de una tierra cuyos habitantes podrían vivir como lo hacen los ciudadanos de los países más ricos del planeta. ¿Vamos a seguir de brazos cruzados ante esta barbarie y barbaridad ocasionada por la avaricia española?

En nuestro editorial de mañana haremos referencia a una cada vez más necesaria intervención de los organismos internacionales en el "problema canario". Un problema que los políticos españoles podrían resolver de la noche a la mañana para acabar con el sufrimiento de cientos de miles de personas, pero no lo hacen porque puede más su egoísmo que su humanidad.

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Hoy recomendamos la lectura del comentario de nuestro colaborador Roger que aparece en la última página de esta edición.