España sigue creyendo que Canarias le pertenece. Para avalar semejante disparate cuenta con los estúpidos colaboradores y colaboracionistas canarios, generalmente políticos y también alguno que no es político, pero que actúa igualmente como un antipatriota. La situación de estas Islas se ha deteriorado tanto que ya no tiene arreglo. Nada ni nadie puede sacarnos del agujero en el que nos encontramos. Por eso necesitamos un sistema nuevo, que no es otro que el de la libertad. Hablamos de libertad y no de independencia porque siempre hemos sido una nación independiente, aunque durante los últimos seis siglos hayamos estado sometidos por un país mundialmente repudiado por sus crímenes coloniales.

Seguimos colonizados por la presión de las fuerzas de la Metrópoli. Y aquí hacemos un inciso para decir que alabamos, elogiamos, admiramos al Ejército español y a los cuerpos y fuerzas de seguridad; es decir, al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil. No es adulación; es un convencimiento de que si no es por estos cuerpos o poderes fácticos la situación social de Canarias sería mucho peor. Algo que no comprendemos es el antimilitarismo de La Orotava. Es inconcebible que a un grupo de concejales villeros le repugne la presencia de los militares. Eso es impropio de un país y un pueblo civilizados.

Lo indecente es la morralla política. Por eso decimos que debe desaparecer –y cuanto antes lo haga, mejor- esta chatarra con un sistema de listas abiertas. Queremos votar por aquel que vale y que se lo merece, no por el resto de la porquería que se cuela en esas listas. La elevadísima corrupción que padecemos en Canarias y que también existe en España nos da la razón en este asunto.

Nuestro colaborador Emilio Racionero dedicó su artículo del sábado último a analizar el relevo en la dirección del diario El Mundo. Al hacerlo también cita el acoso que sufre EL DÍA por no plegarse a los deseos del poder establecido en estas Islas. "Aquí, en nuestra tierra canaria, EL DÍA viene sufriendo tal presión por no avenirse a aplaudir lo que el Gobierno hace", afirma acertadamente Racionero. "Son variadas las formas de presionar a un medio de comunicación para que no destape ollas podridas; para que sea meloso con quienes ostentan, o detentan, el poder. No es nuevo lo actuado contra el director de El Mundo. En la historia del periodismo se conocen casos de esa presión ejercida sobre el empresario y, por tanto, de éste sobre los periodistas para tratar de no poner en riesgo a la empresa editora. Poderoso caballero es don Dinero". Lo mismo, añadimos por nuestra parte, que ha intentado hacer ese necio político llamado Paulino Rivero –la ignorancia es atrevida– con el editor de EL DÍA. Ese es el precio que ha de pagar José Rodríguez por defender lo más preciado del pueblo canario, que es su libertad, y por no someterse al poder del paulinato.

La persecución a la que nos referimos también nos llega de la mano de algunas juezas que han dictado sentencias incalificables contra esta Casa. Decisiones de los tribunales a favor de la esposa de Paulino Rivero que tenemos recurridas. Esperamos que la Justicia nos dé la razón al igual que lo ha hecho con la demanda que nos interpuso el propio presidente del Gobierno de Canarias. Demanda civil por la que fuimos condenados en primera instancia y de la que hemos sido absueltos íntegramente en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. También confiamos en que ocurra lo mismo en las más altas instancias del sistema judicial español con la sentencia de tres magistradas que revocaron la decisión de un juez justísimo para permitir que un tatarita y maricón siga tomándole el pelo a un hombre casi centenario y muy respetable como lo es José Rodríguez. ¿Cómo es posible que el poder político encabezado por Paulino Rivero siga protegiendo a un individuo en su día expulsado de una institución religiosa por su tendencia sexual? ¿Cómo es posible que un alto cargo socialista del Gobierno autonómico le haya puesto un sueldo? ¿Cómo es posible que siga disfrutando de la emisora que le dio otro inmoral político como es Rivero, tras privar de ella a EL DÍA? Dejó sin radio al grupo de comunicación que más merecimientos tiene y que más empleos da. Esta es la justicia del Gobierno de Canarias.

Un apunte más que, por falta de espacio, desarrollaremos más detenidamente en nuestro editorial de mañana. Nos referimos a una noticia publicada el sábado por nuestro periódico: la Intersindical Canaria recriminó este jueves a la jueza Victoria Rosell por ser una magistrada represora de sindicalistas. No sólo represora de sindicalistas, decimos nosotros, sino algo más, pero ya hablaremos. Antes la había reprobado Alternativa Nacionalista Canaria por motivos similares; y con antelación de unos años la había denunciado en quejas ante el Consejo General del Poder Judicial esta empresa de EL DÍA, que no prosperó. Hace un par de meses, de nuevo, ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias hemos presentado una querella por haber prevaricado presuntamente tres veces en asuntos que atañen a EL DÍA. Y este tribunal desestimó nuestra querella, que estamos recurriendo en amparo. Respetuosamente, y porque queremos, estimamos y respetamos a la Justicia, queremos advertirle, si procede, que se tenga cuidado con esta jueza que un día le da un susto grave e inmerecido a la propia Judicatura.