El secretario de stado de Inmigración del Reino Unido, Mark Harper, ha dimitido después de conocerse que su empleada de hogar no disponía de permiso para trabajar en ese país. Harper notificó su renuncia al primer ministro, David Cameron, quien se la aceptó "muy a su pesar". Concurre la circunstancia añadida -y nada atenuante- de que Mark Harper impulsó el año pasado, en virtud del puesto que ha ocupado hasta ahora, una campaña para frenar la inmigración ilegal en la cual varias furgonetas circulaban por las principales ciudades británicas con la advertencia "¿n Reino Unido ilegalmente? Vete a casa o podrás ser detenido". Las furgonetas se prodigaban en los barrios con mayor número de inmigrantes.

Harper ha alegado que desconocía la situación ilegal de su empleada. s decir, que no la contrató a sabiendas de que carecía de papeles. Sin embargo, estimó que debía dimitir. "Aunque he cumplido con la ley en todo momento, considero que, como ministro de inmigración que está endureciendo nuestras leyes para controlar la llegada de extranjeros, debo mantenerme a un nivel mayor de lo esperado por los demás". Igual que aquí, apostilla quien esto escribe.

Sobra recordar que en Gran Bretaña ha tenido que abandonar su carrera política un alto cargo del Gobierno por el hecho, en esencia nada simple pero en el fondo bastante inocuo, de mentir al declarar que era su mujer y no él quien conducía un coche pillado por un radar de tráfico a más velocidad de la permitida. Y otro por copiar parte de su tesis doctoral. Felonía que también cometió un ministro de la señora Merkel. La canciller teutona también le aceptó la dimisión. Asimismo muy a su pesar, pero se la aceptó. Igualito que aquí, insisto en añadir.

Aquí no dimite nadie. Ni siquiera un alcalde beodo al que el otro día una veintena larga de vecinos, acaso los únicos que todavía quedan en San Juan de la Rambla con un mínimo de decencia ciudadana, le organizaron una manifestación para pedir que dimita de una vez. l resto del pueblo se encoge de hombros. "s que la han cogido con él", se oye por las esquinas. "ste hombre tampoco ha matado a nadie". Ortega Cano sí se llevó una vida por delante. ¿stá ya entre rejas o sigue a la espera de que lo indulten? Qué país.

Sin necesidad de circunscribirnos a sucesos luctuosos, ¿ha dimitido la diputada del Parlamento de Canarias a la que trancaron haciendo la tarea para casa de su hijo durante una sesión de la Cámara? Que yo sepa, no. La única medida del presidente -o de la Mesa, lo mismo da- ha sido restringir los movimientos de los periodistas no para que estas cosas no se vuelvan a repetir, sino para que no se enteren los ciudadanos cuando se vuelvan a repetir. Tarea esta -la de recortar la libertad de prensa- que no es nueva para una institución que, en su momento, reprobó a este periódico por contar, entre otras cosas, que sus señorías regionales sólo se habían puesto de acuerdo para subirse los sueldos cuando la crisis ya hacía estragos entre los canarios. Vergonzosas conductas las de unos y otros que supondrían una renuncia inmediata no sólo en el Reino Unido sino en cualquier país decente, aunque nadie ha dicho, ni mucho menos demostrado, que spaña sea un país muy decente.

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