Canarias podría ser uno de los países más ricos del mundo, tal vez el más rico de todos, si dispusiésemos de nuestros recursos. Lo decíamos en nuestro comentario de ayer y lo hemos dicho en múltiples ocasiones. Acceder al pleno control de esos recursos supone adquirir el estatus de nación libre y soberana. No podemos esperar un futuro mejor mientras persista nuestra ignominiosa condición colonial.

Esta situación de sometimiento a España, de esclavitud colonial impuesta desde hace casi seis siglos por un país situado en otro continente -un país que, además, es decadente-, debe acabar cuanto antes. Sabemos que el pueblo canario está despertando de su narcosis. El pueblo, como también señalábamos en nuestro comentario de ayer, tiene miedo. Es un temor infundado pues las Fuerzas jamás dispararán contra la población si la gente sale a la calle, pacíficamente, pero gritando, a pedir la libertad. Frente a la narcosis inducida por quienes nos someten a la esclavitud colonial se alza la contundente voz de los patriotas. Nacionalistas auténticos, hoy amordazados por un tirano político, que no se cansan de proclamar a los cuatro vientos el hecho innegable de que Canarias es una nación. Un país sin Estado, pero país a fin de cuentas que sueña con tener su propio Gobierno -un auténtico Gobierno canario y no uno autonómico, como el actual, manejado como un guiñol desde Madrid-, su auténtico Parlamento y unos políticos que salgan de unas elecciones a las que concurran en listas abiertas.

Los gobernantes españoles, temerosos de perder la finca que tienen y canallescamente retienen allende los mares, nos repiten constantemente que no podríamos subsistir como país independiente. Algunos canarios -pocos, cada vez menos- nos remiten cartas en las que sostienen esta idea. Falso de toda falsedad. Desde el momento en que seamos una nación soberana, desde el momento en que seamos dueños de unos recursos que actualmente se mama la Hacienda española, nos convertiremos en un país rico. Tal vez, como decíamos al principio de este editorial, en el más rico del planeta. ¿Por qué no podemos ser la primera nación del mundo en riqueza? No permitamos que el godo nos siga engañando: Canarias es la fuente de la riqueza de España.

Este es el principal motivo por el que se siguen negando los gobernantes españoles a devolvernos la libertad que nos arrebataron sus sanguinarios antepasados. No quieren perder la finca canaria. No quieren quedarse sin la teta canaria. Pero tendrán que renunciar a su latrocinio. No les queda más remedio porque la ONU está de nuestra parte. La tan citada Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los Pueblos sigue vigente. La Unión Africana también apoya nuestros anhelos de independencia, de libertad -preferimos hablar de libertad ya que independientes lo hemos sido siempre- porque Canarias es el único país africano que continúa colonizado. Incluso Marruecos le dará la espalda a España en cuanto dejen de tener importancia los intereses políticos y comerciales actuales. El Gobierno de Rabat no está de acuerdo con que una empresa española realice sondeos en sus aguas. Porque son sus aguas. España no tiene mar territorial en Canarias más allá de las doce millas contadas a partir de la costa de cada isla. Incluso esas doce millas son discutibles. Por eso afirmamos que el Reino alauita reclamará lo que es suyo más pronto que tarde. Exigirá que España le entregue Ceuta y Melilla porque son ciudades que están en su territorio, así como los islotes costeros de su costa norte y, por supuesto, Canarias. En definitiva, o independientes, o con chilaba. No nos iría peor siendo marroquíes, pero nuestra aspiración es que se nos reconozca en todo el mundo como lo que en realidad somos: canarios de la nación canaria y no españoles bastardos ni europeos ultraperiféricos.

¿Podemos seguir como estamos? ¿Se pueden perpetuar un año más, un mes más, un día más situaciones como las que se están viviendo en la sanidad pública? Ayer informábamos de que el Cabildo de Tenerife ha decidido cederle un millón de euros al Gobierno autonómico para aliviar la situación del Servicio de Urgencias en el Hospital Universitario de Canarias. Nos parece bien porque esta iniciativa alivia un problema grave. Sin embargo, no deja de ser un parche; un remedio temporal pero no definitivo. La solución es acabar cuanto antes con este Gobierno de incompetentes presidido por el más necio de todos ellos. Siempre hablamos sobre la faceta política de estas personas sin entrar en su vida privada. Todos son muy respetables como personas, pero como políticos no sirven; son chatarra. Los que son nacionalistas no exigen la libertad de esta tierra -si fuésemos un país soberano dispondríamos de dinero suficiente para contar con la mejor sanidad del mundo- y los socialistas también son falsos socialistas porque no les preocupan las calamidades del pueblo. Si pesase en ellos la tragedia que sufren decenas de miles de canarios no estarían apoyando al tirano político que, junto con el colonialismo español, es el principal culpable de lo que está sucediendo.

Todo esto solo es una décima parte de la miseria canaria. Ocurre -lo hemos dicho esta semana- lo mismo que con un iceberg: por cada metro que sobresale del agua hay nueve más bajo la superficie. Muchas familias de clase media, hoy completamente arruinadas, prefieren pasar hambre antes de ponerse en cola, a la vista de todo el mundo, para que les den un plato de comida. Personas que antes vivían con desahogo y que ahora solo comen una vez al día. Y eso no es lo peor. Lo peor está por llegar pues pronto nos vestiremos con harapos. Las tiendas cierran, el pequeño comercio -el que antaño era uno de los principales pilares de nuestra economía- se muere no ya poco a poco sino a pasos agigantados. No hay consumo porque no hay dinero, no hay dinero porque no hay trabajo, no hay trabajo porque la Hacienda española arrasa los recursos de estas Islas, España nos sigue esquilmando porque somos una colonia, somos una colonia porque carecemos de un nacionalismo auténtico que ponga en jaque al Estado español y no tenemos ese nacionalismo independentista que tantos réditos está consiguiendo en otras naciones peninsulares porque un traidor político preside CC. En consecuencia, no nos equivocamos ni exageramos cuando decimos que Paulino Rivero es el gran culpable de cuanto nos ocurre. Sin él ya estaríamos avanzando hacia la solución definitiva de nuestros males. Inclusive nos atrevemos a decir que ya estaríamos a punto de conseguir nuestra independencia.

Canario, cada vez que veas a un mendigo por la calle, cada vez que te hablan de que un conocido tuyo acaba de perder su empleo, cada vez que veas un local comercial con el cartel de "se vende" o "se alquila" -local que antes albergó a una tienda luminosa y próspera-, cada vez que tú mismo temas por tu puesto de trabajo, cada vez que leas en EL DÍA -el resto de la prensa calla porque está en manos del déspota político que preside el Gobierno regional- informaciones sobre lo mal que está la sanidad o los miles de jóvenes, entre ellos tal vez tus propios hijos, que deben emigrar porque en su tierra no hay futuro para ellos, cada vez que sientas ganas de llorar por la hecatombe económica y social de unas islas que antes eran afortunadas, piensa en lo bien que viviríamos todos sin Rivero y sin los españoles. Piénsalo y sal a la calle para poner fin a tanta insensatez. Protesta pacíficamente, pero no permanezcas aplatanado y acobardado, como lo has hecho hasta ahora.

Rivero es el gran culpable pero tenemos en nuestras manos una contundente solución.