Con esto de la tarifa plana en los seguros sociales. No entiendo nada. Es que don Rajoy no se ha enterado todavía de que eso del contrato indefinido es una entelequia. No sé yo si alguien contratará por tres años a un aspirante sin probarlo; medida de perversa aplicación práctica. El partido en el Gobierno cree todavía en el matrimonio-para-toda-la-vida, no han bastado no sé cuántos millones de divorcios, digo, de despidos, para hacer comprender que las relaciones entre trabajadores y empresarios son al menos igual de fluctuantes que la propia actividad económica. Tres años y si el contrato se rescinde antes, te liquido las cantidades que dejaste de pagar con su sanción y sus intereses: te vas a enterar; riesgo cero para la Tesorería General que a la larga lo cobra todo. Y habrá que ver cómo queda la cotización individual, esa que sirve de base para el cálculo de la pensión de jubilación.

Fracasar. El riesgo de hacer lo mismo es que ocurra lo mismo. Y Rivero se empeña. Antológica obcecación. Confieso vergüenza cuando su plan de futuro para Canarias es el turismo, solo el turismo, y cuando se le interpela por alternativas y su excelentísima propone reactivar la construcción, nada menos, vinculada a la rehabilitación... turística. "Lo mismo, lo mismo, es lo mismo siempre igual", como aquel estribillo de Palmera. Puede que no entendiera la pregunta ni el significado de tantos miles de jóvenes sin trabajo y sin saber a qué dedicar el tiempo libre. Paulino, que es maestro y presidente, quizás olvidó el principio de la ciencia que anuncia idénticos resultados si la experiencia se repite en las mismas condiciones. Pero lo más grave de este sinsentido -esta absurda política conservadora e intervencionista- es que todavía se cree capaz desde lo público de dirigir la economía hacia este o aquel sector que él considera estratégico. Libertad, seguridad jurídica y bajos impuestos, escuche a los expertos y no corra riesgos; la fórmula está escrita.

Melancolía. Por el esfuerzo vano. No insista. La filosofía del REF de 1972 no funciona cuando el sujeto obligado, léase el Estado español, está tieso. La compensación al hecho diferencial canario ultraperiférico (¡toma ya!) dio resultado coyuntural cuando el dinero entraba por un tubo, pero ya no, ni se prevé que la UE se moje ni que Mariano quiera o pueda tener un detalle con la colonia. El REF de 2015 podría ser otra cosa si estuvieran dispuestos a asumir el riesgo, no ya el Gobierno de Canarias, que apuesta por más de lo mismo y que pinta tan poco, sino el PP con su absolutísima mayoría. La pena es que en Madrid siempre se han lavado las manos, dan trámite a lo que les llegue, meten tijera a lo más comprometido y zanjado el expediente. Quizás esta vez el PP proponga ese elemento diferenciador que convierta las Islas en plataforma para la inversión empresarial, elimine la aduana y acabe con la intervención y las subvenciones que distorsionan el mercado; "...mira que eres iluso, Zurita".

Intervenir. El riesgo de condicionar con incentivos es que el empresario pierde la perspectiva del negocio, ese algo especial que ofrecer a sus clientes. El riesgo de la zanahoria para el que decide echarse a andar es que contraviene la libre competencia y machaca a quienes han dado la cara en esta crisis. Quienes no despidieron y pagan el treinta por ciento de cotización a pelear en el mercado con los de la tarifa plana de los cien euros, vaya injusticia. Si no se impone la cordura veremos más despidos, seremos un país de viejos pobres.

Financiación. El departamento de riesgos de mi banco analiza en detalle la concesión de préstamos sin riesgo; le van a cambiar el nombre.

pablo@zurita.es