En mi anterior trabajo dejé truncada la labor de Pascual González Regalado como alcalde de Garachico entre 1966 y 1969. Fue corto trayecto el suyo, pero sí suficiente para dejar entre nosotros la estela de su labor cultural.

Aunque la Casa de la Cultura aún no funcionaba, se utilizó la sala de actos del colegio de segunda enseñanza "San Isidoro" para celebrar allí la enorme labor desplegada en conferencias, representaciones teatrales, exposiciones, recitales...

Recuerdo ahora la espléndida conferencia que, sobre la poesía de Miguel Hernández, nos brindó el también poeta y entonces secretario del Ateneo de Sevilla, José Félix Navarro. Y la que pronunció el profesor Eliseo Izquierdo sobre la obra pictórica del catedrático y profesor del Instituto de Santa Cruz, Jesús Ortiz, quien, al propio tiempo, nos ofreció allí, en la misma sala, una muestra de su arte, con la presencia de Eduardo y Maud Westherdalh. Me llegan ahora a la mente los recitales poéticos de Tino Ferry, entonces tan de moda, y del fallecido presentador de televisión y rapsoda Francisco Álvarez Galván, con unas interpretaciones verdaderamente notables.

Pero a Pascual González habrá que recordarlo especialmente por haber sido el fundador del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de la Villa y Puerto. Ocurría esto el 21 de diciembre de 1967. De las once personas que formamos la primera junta directiva seguimos en pie solo cuatro. ¡Con qué prisas pasa el tiempo! Garachico fue la tercera localidad tinerfeña en contar con un CIT. Solo nos aventajaron cronológicamente Santa Cruz de Tenerife y el Puerto de la Cruz. En estos 47 años de andadura, la obra cultural del organismo citado ha seguido desplegando con éxito su difícil e importante misión. Hoy la cumple con Luis Pérez Velázquez al frente.

Dejaré ya la labor de González Regalado para pasar a la desarrollada, en idéntico cometido, por Juan Manuel de León, alcalde entre l987 y 1995. Dejó esculturas en la calle como la denominada "Homenaje al Emigrante", de Fernando Garciarramos y la del poeta Rafael Alberti, esculpida por el yugoslavo Tome Serafimowski. El poeta gaditano había visitado Garachico en 1991. Guardo, firmado por él, uno de sus libros de versos. El alcalde organizó varios actos, exposiciones, conciertos, conferencias... Recuerdo especialmente la pronunciada por el entonces presidente de la Real Academia, don Manuel Alvar, verdaderamente inolvidable.

Podría citar otras obras de Juan Manuel de León al frente de su mandato, pero todas quedan eclipsadas por el "Festival Internacional de Poesía", que tuvo lugar en 1992, bajo la experta dirección del poeta grancanario Justo Jorge Padrón, cuya labor fue verdaderamente encomiable, así como la de Ceferino Marrero. Por Garachico y en relación con este festival, pasaron personalidades de las letras, no solo españolas, sino extranjeras, y todas del máximo relieve. Bastará con que, entre los españoles, sin agotar la totalidad de la lista, deje aquí los nombres de Luis Rosales, Leopoldo de Luis, Rafael Morales, Victoriano Crémer, Joaquín Calvo Sotelo, Alfonso Canales, Carlos y Antonio Murciano, Luis Jiménez Martos, Odón Betanzos, Torcuato Luca de Terna, Enrique Badosa... y los canarios Pedro Lezcano, Pino Ojeda, Rafael Arozarena, Arturo Maccanti, José María Millares, Pino Betancourt, el propio Justo Jorge Padrón, Sebastián de la Nuez, Fernando Garciarramos, Juan Pedro Castañeda... La lista continúa, pero voy a pasar a los extranjeros, entre los que me dejaré también muchos nombres sin citar por razones de espacio que el lector sabrá comprender.

Vamos con ellos: Olav Münzberg (Alemania), Waldo Leyva (Cuba), Louis Bourne (Estados Unidos), de quien conservo un poemario dedicado, Claude Couffon (Francia), Vícgtor Ivanovici (Grecia), Eva Coth (Hungría), María Luisa Spaziani (Italia), Brenda Walter (Reino Unido), Marin Sorescu (Rumania), Andrei Voznesensky (Rusia), Östen Sjöstrand (Suecia), Luccette Junod (Suiza), Mateja Matevski (Yugoslavia), Mahmud Sobh (Palestina), Jan Zambvor (Checoslovaquia)...

Les doy mi palabra de honor de que se me quedan sin citar muchos otros nombres. Muchísimos. No sé si más importantes o no, pero los dejo para aclarar que el cierre de este inigualable Festival estuvo a cargo del presidente de la Real Academia de la Lengua, don Fernando Lázaro Carreter.

No sigo. Con este nombre tan señero pongo aquí punto final.