Así como en los años sesenta el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser fue el impulsor y el cabeza visible del panarabismo; ahora, en pleno siglo XXI, el rey de Marruecos, Mohamed VI, con su visión de gran estadista, y su innata clarividencia, se ha convertido en el verdadero impulsor de un nuevo y solidario panafricanismo, como lo demuestra, no solo la política exterior de Marruecos, volcada en el Continente africano, sino por los continuos viajes de Estado del monarca marroquí.
En el marco de esta multilateral política panafricana, cuyo eje central es la cooperación, se inscribe la actual gira de Mohamed VI por varios países del Sahel y del África subsahariana, como Mali, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Gabón, con un éxito sin precedentes en las relaciones exteriores del Reino. Precisamente, el pasado sábado el rey Mohamed VI, acompañado por el presidente de la República de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, procedió en la localidad de Diago (a 30 km. de Bamako, la capital) al lanzamiento de una fábrica de cemento, que será construida por el Grupo Cimat-Cimaf con una capacidad de producción de 500.000 toneladas al año, extensibles a un millón de toneladas anuales.
Este proyecto se realizará en 18 meses, con una inversión de 30 millones de euros, de los cuales un 15 % se dedicará al medio ambiente. El Grupo Cimat-Cimaf dispone de dos unidades de producción en Marruecos (regiones de Beni-Mellal y Settat), con otra fábrica prevista en Nador. A nivel continental, este Grupo está presente en Guinea Conakry, Costa de Marfil y Camerún, mientras que las fábricas de Mali, Burkina Faso y el Congo están en fase de construcción, y la de Níger, en estudio.
Malí ha sido también beneficiada recientemente con la formación de 500 imanes por parte de Marruecos y con la donación de 10.000 ejemplares del Corán. En esta visita de Mohamed VI a este país, ha presidido junto al mandatario maliense la ceremonia de la firma de diecisiete acuerdos de cooperación bilateral tales como, acuerdo relativo al fomento y protección recíproca de las inversiones; el convenio sobre la no doble imposición y de lucha contra la evasión fiscal; acuerdo de cooperación en el sector de la ganadería; acuerdo relativo al tráfico y servicios aéreos, etcétera. Asimismo, el rey de Marruecos inauguró en Bamako, con el presidente de la República de Mali, el tramo maliense del cable de fibra óptica transafricano de 1.064 km. de longitud, que une la ciudad de Sikasso (frontera de Costa de Marfil y Burkina Faso) a Gogui (frontera de Mauritania). Este cable, financiado por Sotelma (filial de Maroc Telecom), necesitó ocho meses de obras y un presupuesto de cuatro mil millones de francos CFA (cerca de seis millones de euros). Este cable forma parte del cable de fibra óptica transafricano del Grupo Maroc Telecom que une Marruecos, Mauritania, Mali, Burkina Faso y Niger a lo largo de 5.698 km. y requirió 24 meses de obras y una inversión de 13 millones de francos CFA. Su objetivo es mejorar la conectividad de los países de la región asegurando las comunicaciones.
En Costa de Marfil, Mohamed VI presidió en la capital Abiyán la apertura del Foro Económico Marruecos-Costa de Marfil, donde pronunció un importante discurso, en el que subrayó la calidad de las relaciones entre los dos países y la importancia de los lazos políticos y económicos entre el Reino de Marruecos y los países de África Central y del Oeste; añadiendo que Marruecos alberga una de las bases industriales más activas de la región, y una de las plataformas comerciales más dinámicas. No en vano, Marruecos se ha convertido en el verdadero y auténtico "hub" de África. El soberano marroquí enfatizó en que "por sus fuerzas vivas, sus recursos, y sus potencialidades, África es un gran continente y debe asumir su propio destino; por lo que África debe confiar en África". El rey , acompañado del primer ministro costamarfileño, Daniel Kablan Duncan, puso la primera piedra, en la zona industrial de Yopougon, al Oeste de Abiyán, de las obras de una fábrica de sacos para embasar cemento, con un coste global de 12 millones de euros. Todos estos acuerdos bilaterales marcan el compromiso de Mohamed VI de consolidar una cooperación Sur-Sur solidaria y activa al servicio de los pueblos africanos hermanos.
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