1.- La otra noche bajé al jardín, con poca luz, a franquearle a la perra bull-dog la puerta metálica que le permite rodear la casa para cuidarla y me caí. Me caí estrepitosamente sin poder poner las manos en el suelo para protegerme porque llevaba en brazos a la otra perrita, la yorkshire "Mini", y no quise soltarla. Resulta que "Mentecata" se me metió en medio, contenta de verme, se me enredó en las piernas y caí como un fardo en una poceta. Total, un golpe en el brazo izquierdo, otro en la rodilla y Betadine a diestro y siniestro, además del consabido destrozo en el jardín por razones obvias. Como consecuencia del lance me subió la tensión, lo que remedié con dos Trankimazin de 0,25 mg., que me hicieron dormir como un bendito y descansar del desgraciado lance. No me partí nada, pero pudo ocurrir. La preocupación del doctor era si me había dado un golpe en la cabeza o no, "y no porque te duela", me dijo, "porque en el vacío no hay dolor, sino por los daños colaterales". Le agradecí la franqueza.

2.- Quizá por ese lance, que me dejó medio tarumba, me escribe con mucha razón don José Felipe San Martín. Yo me había quejado de la falta de baños públicos en Santa Cruz y usé la voz "adolecer" con mal tino. El amable lector me dice: "Adolecer no es sinónimo de carecer. Significa sufrir de algo; debió escribir: "Esta ciudad siempre ha adolecido de la falta de baños públicos". Tiene toda la razón mi amable comunicante, le doy las gracias y pido disculpas a los lectores. Pero me había caído minutos antes y andaba medio bobo. Peldón.

3.- Este fue mi entierro de la sardina particular, el partigazo. Una vez recuperado de los golpes y del dolor de cuello y del dolor de brazo y de todos los dolores, me senté a escribir porque tengo urgencia con el libro del mago y estoy con prisas porque, además, el lunes empiezo un programa de televisión, producido por Platós del Atlántico, de lunes a jueves. Es decir, que a pesar de ser un jubileta todavía se acuerdan de mí, lo cual es gratificante. En realidad todos los jubilados de esta profesión andan colaborando aquí y allá; en el caso mío, gratis. Pero trabajar gratis a mí me produce mucho morbo. Y esto es lo que les quería contar hoy.

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