Ya conocemos todos a esta altura del siglo XXI que el fin último de la realidad virtual es producir una apariencia de realidad que permita al usuario tener la sensación de estar presente en ella. Esta fantástica ensoñación, digámoslo así, se consigue mediante la generación por ordenador de un conjunto de imágenes que son contempladas por el usuario a través de un dispositivo al que los informáticos han denominado visor; vamos el lugar o sitio por el que se mira.

Cuentan los expertos que trabajan en esta sorprendente ciencia de la realidad virtual que si un individuo desea creerse que lo que está observando a través de los dispositivos que se usan al efecto, -cascos, gafas etc.- es real, pues que se lo acaba creyendo sin aparente dificultad.

Estoy empezando a sospechar que algo de esto es lo que le ha tenido que suceder a la ministra de Fomento doña Ana Pastor, pues no termino de creerme que sus despistadas e irreales declaraciones de los últimos días se deban a otra causa que a la de estar observando la realidad canaria por los visores que le presta su compañero José Manuel Soria, también ministro como ella y también muy dado a distorsionar realidades insulares.

Dice la ministra que los canarios nos tenemos que ocupar de nuestras propias carreteras, que las tenemos que sufragar con nuestros propios impuestos; así de taxativa. Que las carreteras de canarias no son de interés general. No es mi intención ponerme ahora a comparar inversiones de aquí o de allá, ni de recordar los miles de millones que su ministerio invierte en otras regiones que por lo visto sí resultan de interés general; léase por ejemplo Galicia, Castilla León, Madrid etc., donde sospecho debe de haber mucho interés general. Es penoso y verdaderamente lamentable acudir a la memoria y recordar los días en los que el PP decía que no había más presupuesto para atender la sanidad, la educación, la dependencia y otras temas de servicios sociales.

Lo recuerdo porque con verdadero asombro y sonrojo, observo cómo el Ministerio de Fomento va a pagar la suma de 2.400 millones de euros -de todos los contribuyentes y los ciudadanos que vivimos en Canarias también ponemos lo nuestro- para rescatar a unas cuantas autopistas de peaje y privadas, suponemos que de interés particular, que no han supuesto un buen negocio para sus propietarios. Esto es así.

Por otro lado, no se les ocurra dejar de llevar el certificado de residencia al viajar, aunque la señora ministra afirme que ya no hace falta; se quedarán en tierra sin remisión. La realidad objetiva, la que vivimos los ciudadanos que residimos por aquí, es que hay que seguir llevándolo y esta no es una realidad virtual ministerial, esta es la realidad que se vive en Canarias.

Cabildo de Tenerife.

Vicepresidenta Segunda y

Consejera del Área del Gobierno Abierto, Acción Social,

Educación, Juventud, Igualdad, Cultura y Deportes