Esta situación como futuro modelo de Estado, recentralizador, federalista y asimétrico es lo que bulle en la imaginación tanto del PSOE como del PP.

El Partido Popular lleva tiempo insistiendo en desmontar esos 17 miniestados, que así consideran a las autonomías, e ir hacia un proceso recentralizador y concretarlas en las cuatro que encabezan este articulo, con lo cual el objetivo se lograría; y un problema menos tal como se está recrudeciendo la cuestión catalana y, pasado mañana, con más fuerza, la vasca y gallega por aquello del trato diferencial que hay que dar a a esas comunidades históricas. Así que, por parte de PP, labor cumplida.

Si se llega a un modelo de Estado de estructura federalista, que es lo que preconiza el PSOE, con estos cuatro territorios aún podrían avanzar más y llegar hasta un nueva convivencia contractual que emularía perfectamente un Estado confederal, que es el camino que ya ha iniciado Europa.

Y los territorios implicados, Euskadi, Cataluña, Galicia, junto al nacionalismo español, tal como se afanó la Generación del 98 en reconquistar y dignificar a Castilla, pues asunto resuelto. Se habrá llegado así a la asimetría perfecta, a la vez que se da solución a los problemas territoriales pendientes que traen de cabeza a unos y a otros.

Pero las preguntas no terminan ahí , y hay una fundamental, sobre todo para Canarias. Y, en este modelo de Estado, ¿Canarias, dónde encajaría? ¿Dónde está su sitio? Tal y como parece va a desarrollarse la nueva estructura del Estado, no estará en un espacio federal asimétrico y menos confederal, donde tendría múltiples competencias en su autogobierno.

¿Dónde pues meterán a Canarias aquellos que tienen la fuerza de los votos para hacerlo, o sea PP y PSOE? Pues la deducción parece fácil: camino de Castilla. A Canarias la integrarán en Castilla, junto a Extremadura, Cantabria, Andalucía, Baleares, Valencia, Murcia, Asturias y bajo la batuta de la lograda recentralización del nacionalismo español afincado en Madrid.

Y este nuevo status quo, que es posible, y mediante el cual se dará respuesta a las exigencias de los territorios en cuestión, integrados en lo que se denomina Galeusca, dejará a Canarias, como siempre, al influjo de los vientos que soplen otros, porque no hemos tenido la fuerza suficiente para imponernos en aquellas decisiones que se han tomado y se están tomando en altas instancias del poder central. Ya que cuando lo hacemos es la tibieza y la baja intensidad en el discurso lo que nos acompaña, por lo que no se nos tiene en cuenta ya que la mentalidad del nacionalismo español tiene la percepción de que estamos en África y que somos otra cosa. Y la cuestión es que podemos serla.