Otro Primero de Mayo colonizados, parados y en la miseria. Colonizados y saqueados como lo estamos desde hace casi seis siglos. Una dominación que nos supone figurar en el pelotón de cabeza del desempleo europeo. Una miseria que se materializa en las colas del hambre, vergonzosas y vergonzantes, que padecemos en estas Islas. "Más de 132.000 hogares canarios tienen a todos sus miembros en paro", publicábamos ayer en nuestra primera página. El número de familias isleñas en esta situación ha aumentado en 13.400 en un año. La cifra de parados cae en 9.300 respecto a diciembre, pero la destrucción de empleo se reactiva.

Estamos hablando solo del desempleo. Podríamos hacerlo también de las listas de espera sanitaria, del fracaso escolar, de la emigración de los jóvenes, de la corrupción política o de la desesperanza de una población que el día menos pensado se echa a la calle no de forma pacífica. Algo que lamentaríamos porque detestamos la violencia, pero los estallidos de cólera popular suelen ser devastadores.

¿Qué hace el Gobierno de Canarias ante esta dramática realidad? La respuesta la tenemos en la comparecencia ante la prensa del portavoz del Ejecutivo regional, Martín Marrero, tras la reunión mantenida ayer por el presidente y los consejeros. Defiende el señor Marrero el diálogo directo entre Paulino Rivero y Mariano Rajoy como muy importante para buscar soluciones a los problemas de las Islas. ¿Para buscar soluciones a los múltiples problemas que nos plantea el colonialismo español?, le preguntamos al citado portavoz. ¿O es que finalmente será capaz Rajoy de convencer a Paulino Rivero de que dimita y se exilie de la política para siempre, si es que realmente quiere prestarles un gran favor a los canarios? Desaparecer de la escena pública es lo mejor que podría hacer el presidente de CC y del Gobierno autonómico. Si no dimite por iniciativa propia, tienen los responsables de su partido el deber de obligarlo a que lo haga porque, en caso contrario, desaparecerán como formación política.

Apostamos en el pasado por CC al considerar que este partido era realmente nacionalista. Pensábamos que su objetivo último era conseguir la libertad de Canarias y que si entonces no hablaba de soberanía, e incluso abiertamente de independencia, era por temor a una reacción de los poderes fácticos que siguen vigentes en España. Cuando vascos y catalanes comenzaron a hablar de secesionismo sin ningún circunloquio pero algunos miembros de CC seguían declarando su españolismo a toda costa, caímos en la cuenta de que nos habían estado engañando. Nos estaban mintiendo, y lo siguen haciendo, tanto a nosotros como al pueblo canario. Por si fuera poco, CC ha mantenido una Ley electoral que, de forma muy injusta, deja fuera del Parlamento regional a los partidos patrióticos. Una manera burda pero eficaz de silenciar voces que sí luchan, pacíficamente, por nuestra libertad.

En una fecha como la de hoy invadirán las calles manifestaciones convocadas por los sindicatos. En Canarias y en España se sale a la calle por cualquier motivo, sea o no importante. ¿Cuándo van los sindicatos canarios a convocar protestas para exigir la independencia de estas Islas? Insistimos en aclarar que no deseamos disturbios callejeros violentos, pero sí unas protestas contundentes en las que deben implicarse los sindicatos porque la culpa de las penurias por las que pasan cientos de miles de trabajadores canarios la tiene el colonialismo. No es compatible la defensa de los derechos sociales sin declarar que la dominación extranjera sobre Canarias supone una injusticia histórica de inconmensurables proporciones. La independencia no solo nos beneficiará en el aspecto político; también tendrá importantes repercusiones sociales.

Tampoco pueden olvidar los sindicatos el daño que le está causando a Canarias el Gobierno presidido por Paulino Rivero. Un equipo de consejeros faltos de inteligencia política y de capacidad para resolver los graves problemas de estas Islas. Un gobierno, para más inri, apoyado por un partido de izquierdas como es el PSOE, aunque los socialistas canarios están muy lejos de la lucha por la defensa de los desfavorecidos que centran el ideario de las formaciones progresistas. Quienes militan en el PSOE regional no practican el socialismo humanista que siempre hemos defendido. Son socialistas políticos que viven demasiado bien para conmoverse por el hambre del pueblo. Contra esta gente y contra el colonialismo que nos aprisiona nos gustaría ver muchas pancartas en las manifestaciones de hoy.