A la hora de escribir este comentario desconocemos cuál ha sido el resultado de las elecciones europeas celebradas ayer. Tiempo tendremos de analizar los resultados en nuestro editorial de mañana cuando, además, hayamos podido reflexionar sobre lo sucedido en las urnas.

Sí es el momento, en cambio, de decir que hoy mismo, lunes 26 de mayo de 2014, ha comenzado la campaña para las elecciones municipales y autonómicas. Unos comicios que nos afectan de forma mucho más directa que los convocados para formalizar la Eurocámara. No nos referimos, obviamente, a la campaña oficial, pues ese período está cabalmente regulado por la ley. Hablamos de esos movimientos, de ese conjunto de declaraciones, contradeclaraciones y globos sonda lanzados por los partidos para pulsar la opinión pública y otras artimañas que se emplean siempre con el fin de ir condicionando la intención de voto. Falta mucho tiempo -nada menos que todo un año- pero insistimos en que ya estamos en campaña. De hecho, llevamos varios meses inmersos en ella.

Poco podemos decir acerca de quién será el candidato popular a dichas elecciones. Otro tanto cabe apuntar con respecto al PSOE. Lo que sí se vislumbra es que en CC Paulino Rivero quiere repetir. Aún no lo ha dicho con claridad públicamente porque es muy listo, pero lleva meses moviendo resortes y comprando voluntades para asegurarse el número uno en la lista de los nacionalistas al Parlamento de Canarias. Para asegurarse que sigue en la Presidencia, aunque el menguante número de votos obtenido por su partido en los últimos comicios nos llevan a aventurar que también le será necesario pactar. ¿Con quién? En principio con los socialistas, aunque si hace falta también se sentarán a negociar los representantes de CC y los del PP.

Hasta aquí el capítulo de las especulaciones. No es bueno especular en política porque en política, terreno de lo posible, nadie tiene la última palabra. Preferimos quedarnos en la realidad de un Archipiélago con casi 400.000 parados. Más del 36 por ciento de su población activa. No nos cansamos de repetir este dato porque encierra con toda su cruda crueldad nuestro principal problema. Más aún, supone el origen de todos los demás problemas que padecemos en unas Islas que antes llamaban afortunadas. Una situación que se agrava por el hecho de que el 47% de esos desempleados ya no cobra ninguna prestación.

Los culpables de que Canarias esté así no son los ciudadanos. Los ciudadanos son los que padecen las incompetencias de sus gobernantes. Los culpables son los políticos. ¿Van a tener en cuenta esto los responsables de cada partido a la hora de confeccionar las listas electorales o, como suele ocurrir, van a dejarse influenciar por los codazos de quienes únicamente valen para medrar en pos de conseguir puestos? Para eso y para cobrar sueldos pagados con los impuestos de esos sufridos ciudadanos a los que nos referíamos unas líneas atrás. De forma concreta, ¿van a permitir los dirigentes de CC que Paulino Rivero sea candidato? El que Rivero encabece la lista de CC significa, casi con toda seguridad, que sería presidente del Gobierno regional en tres legislaturas consecutivas.

Esto no tiene cabida en ningún país democrático. Esto es propio de una república bananera, donde el dictadorzuelo de turno hace lo que le viene en gana. La historia, muchas veces plasmada en la literatura, es pródiga en ejemplos de casos así. No obstante, es posible que Rivero vuelva a ser candidato. Le ha sobrado tiempo al actual presidente del Ejecutivo autonómico para situar a sus amigos en puestos claves. Amigotes que también dependen de él para seguir manteniendo canonjías aquí y allá. Personajes infames de la política que jamás han hecho nada por el pueblo canario. Ni siquiera se han dignado a algo tan simple y tan de sentido común como lo es pedir la libertad de estas Islas en la capital de la Metrópoli.

Puede que toda esta chatarra política -acertada expresión de José Rodríguez- repita en las listas electorales. El descaro al que nos tienen acostumbrados los partidos políticos hace posible este disparate y muchos más. Sin embargo, lo imperdonable sería que el pueblo canario, después de tantas calamidades sufridas durante los últimos años, vuelva a votar por gente como Paulino Rivero, Ángela Mena, González Ortiz, Barragán y similares.