La red viaria de Canarias, y en concreto la de la isla de Tenerife, sufre un deterioro creciente por la falta de inversión en mantenimiento. Baches, grietas, falta de repintado de las marcas viales, deficiencias en la señalización y el balizamiento, iluminación defectuosa o que brilla por su ausencia... Cada vez hay más kilómetros de vías que presentan problemas, desde las autopistas hasta pequeñas carreteras comarcales. Una situación que pone en riesgo la seguridad de los usuarios, sobre todo de los más vulnerables, como motoristas y ciclistas, y que deteriora gravemente los vehículos, sobre todo sus neumáticos y suspensiones. Además, un destino turístico europeo de primer nivel mundial como es Canarias no puede ofrecer una imagen de sus infraestructuras cada vez más propias del vecino continente africano.

El patrimonio viario de Canarias se está perdiendo a marchas forzadas. Desde la Federación de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife, Fepeco, hemos alertado por activa y por pasiva del sobrecoste que supone la falta de inversión en mantenimiento, en tiempo y forma, que requieren las diferentes infraestructuras. Por ejemplo, en el caso de la red viaria, diversos estudios señalan que cada euro no invertido a tiempo en el mantenimiento del firme obliga a gastar 5 a los tres años ¡y 25 euros al quinto año de abandono!

Cualquier ciudadano sabe que tenemos carreteras en nuestras islas, algunas muy importantes, que no han visto asfalto nuevo en lustros. De esta forma, el coste por no mantener nuestras carreteras crece día a día de forma exponencial. Y eso por no hablar de lo que nos está costando a los ciudadanos en seguridad, tiempo, combustible, averías y repuestos, etcétera.

Arrastramos costumbres del pasado en un presente que nos obliga a actuar de forma muy diferente. Los políticos siguen pensando que es más rentable electoralmente prometer e inaugurar obras nuevas que dedicar recursos a mantener lo ya hecho, sean carreteras, viviendas, colegios, centros sanitarios u otro tipo de infraestructuras y dotaciones sociales. Solo hay que alzar la vista para ver ejemplos por doquier de las consecuencias de esta falta de cultura política del mantenimiento y la conservación.. Pero esta forma de hacer política debe quedar definitivamente atrás. Por supuesto, hay que afrontar los proyectos de obra nueva pendientes, pero se deben destinar muchos más recursos al mantenimiento de lo que tenemos, o lo perderemos irremediablemente.

Esta realidad no es exclusiva de la Comunidad Canaria. Lamentablemente, la red viaria de España también está cada vez peor, por ese déficit inversor en mantenimiento, como ha denunciado nuestra organización estatal, la Confederación Nacional de la Construcción, CNC. Según los últimos estudios disponibles, la red de carreteras española se encuentra en un estado de conservación deficiente, rozando el muy deficiente. Darle la vuelta a esa situación requeriría una inversión mínima de 6.200 millones de euros, cifra que, además, va en aumento cada día que pasa y no se hace nada.

Con este panorama nacional y en un contexto de pocos recursos presupuestarios, los políticos canarios, de todos los partidos, tienen que dejar de lado sus estériles enfrentamientos domésticos y trabajar mucho más en Madrid para obtener los recursos que en justicia ahora nos corresponden, pues otros territorios ya se han beneficiado de importantes inversiones en la última década. Canarias no puede seguir siempre a la cola de todo, y menos ahora, con los escandalosos niveles de paro que sufrimos. Estamos viendo que el turismo, con sus cifras récord de visitantes, no puede generar muchos más puestos de trabajo. Tampoco vemos en Canarias a otros sectores con capacidad de ofrecer nuevo empleo de forma masiva. Por todo esto y una vez más, tenemos que recordar que solo el sector de la construcción puede generar en las Islas, en poco tiempo, muchos nuevos puestos de trabajo. Realmente es el único que puede sacar del desempleo y de la desesperanza a miles de canarios, que no tienen posibilidad de trabajar en otros sectores.

Es vital para el futuro de Canarias que nuestros representantes políticos negocien, obtengan y asignen los máximos recursos posibles a la conservación de las carreteras y demás infraestructuras, a la rehabilitación de viviendas y barrios, y a la renovación turística. Sin duda, esas inversiones tendrán un efecto positivo inmediato sobre las cifras de empleo, dinamizarán toda la economía y evitarán que perdamos mucho de lo ya construido en las últimas décadas. La reforma, la rehabilitación, la conservación y el mantenimiento son los ejes que impulsarán nuestra economía a través del sector de la construcción para crear el empleo necesario y que demanda nuestra sociedad.