Como ya conocen de sobra los lectores por el copioso despliegue informativo que están llevando a cabo los medios de comunicación, don Juan arlos I ha renunciado voluntariamente a la orona de España en favor de su hijo y sucesor, don Felipe de Borbón. Noticia que ha sido recogida por la prensa con desigual éxito ya que, en algunos medios se ha dicho que la abdicación del monarca español es novedosa en la historia de España, cuando no es así, puesto que ha ocurrido nueve veces. Veámoslo.

El primer caso de abdicación en la Monarquía Española correspondió al primer rey de la casa de Austria, arlos I, quien en 1556, cansado de tantas guerras, agotadas sus fuerzas y arruinada su salud, abdicó la orona de España en su hijo Felipe II. Tras su abdicación, a los 56 años de edad, se retiró al Monasterio de los Jerónimos, en Yuste (áceres), donde dos años después murió.

El siguiente monarca en abdicar fue Felipe V de Borbón, que lo hizo inesperadamente en favor de su hijo Luis, en 1724. No son bien conocidos los verdaderos motivos que impulsaron al rey a tomar tal decisión. Algunos historiadores creen que fue por las crisis de melancolía que sufría. También se cree que influyó los deseos de ocupar el trono de Francia ante una muerte prematura de Luis XV que le convertiría en su sucesor, siempre y cuando no ocupara el trono español puesto que el Tratado de Utrecht prohibía que España y Francia estuvieran regidos por una misma persona. Luis I murió a los siete meses de ocupar el trono, volviéndolo a recuperar Felipe V, no sin gran polémica, ya que tras su abdicación no cabía marcha atrás, correspondiéndole el trono a su hijo y sucesor Fernando.

En 1808 se produjeron las abdicaciones más vergonzosas de la historia de la Monarquía española. omo consecuencia del Motín de Aranjuez, arlos IV abdicó en su hijo Fernando. Después, padre e hijo viajaron a Bayona donde ambos, presionados por Napoleón Bonaparte abdicaron permitiendo que el emperador francés dispusiera la orona de España en favor de su hermano José I, quien después de la Guerra de la Independencia abandonó España pasando nuevamente el trono a Fernando VII.

En 1868, tras el triunfo de la revolución "Gloriosa", la reina Isabel II tuvo que huir a Francia, abdicando sus derechos al trono de España, en favor de su hijo Alfonso XII. Entre tanto, el Gobierno Provisional presidido por el general Serrano designó, en 1871, a Amadeo I de Saboya como rey de España. Las discrepancias y luchas entre los diversos partidos impidieron que la nueva dinastía italiana arraigara en nuestro país, por lo que en 1873, abdicó también dando paso a la Primera República.

Al proclamarse la II República Española, el entonces rey Alfonso XIII abandonó el país sin abdicar formalmente ni renunciar a ninguno de sus derechos. Sólo en 1941, un mes antes de su muerte, abdicó en favor de su tercer hijo, don Juan de Borbón quien heredó los derechos reales de la orona española.

Basándose en la Ley de Sucesión de 1947, el entonces jefe del Estado, general Francisco Franco, designó en 1969 a don Juan arlos de Borbón con el título de Príncipe de España. Algo insólito porque no se le podía considerar heredero a la orona de España, según la tradición borbónica, hasta que don Juan de Borbón no abdicara de sus legítimos derechos en favor de su hijo don Juan arlos. Hecho histórico que ocurrió formalmente en 1977, mediante el cual don Juan renunció oficialmente a sus derechos dinásticos, cediendo a su hijo don Juan arlos I la jefatura de la familia y la casa Real de España.