Conviene recordar, un par de años atrás, cuando vinieron a implantarnos el AFIS: una maravilla tecnológica para sustituir a los controladores por un sistema automático que, mediante un sofisticado complejo electrónico, los aviones eran dirigidos por un método informatizado y vanguardista que permitía aumentar la seguridad, ahorrar costes (los controladores eran perversamente caros), y por supuesto, bajarían las tasas para ahorro de los usuarios.

Desde este púlpito habitual se advirtió a los posibles compradores de que, antes de picar en el anzuelo, exigiesen ver la maquinita mágica, pues era el timo de la estampita: el AFIS (Servicio de Información de Vuelo de Aeródromo) no es un sistema, no es un aparato, no mejora operación ni seguridad, no controla nada ni ahorra nada, pues ¡¡¡solo es un telefonillo!!! Un simple "walkie talky" como los usados hace cien años para informar a los aviadores de la dirección y velocidad del viento y si había algún avión en la zona; manejado hoy en La Gomera y sábados y domingos en El Hierro, por operarios elementales que apenas han necesitado un cursillo de una semana para saber hablar por teléfono. No "controlan".

En ardua batalla, el entonces presidente del Cabildo de El Hierro, Sr. Padrón, consiguió amortiguar los efectos de tan denigrante operación, aunque no encontró el más mínimo apoyo en las instituciones canarias. Y para colmo, el ínclito Sr. Curbelo aceptó sin reservas la baratija impuesta para La Gomera por su correligionario José Blanco, a la sazón ministro de Fomento, que creó un conflicto salvaje contra los controladores como cortina de humo para camuflar el entonces incipiente proyecto privatizador de Aena. Una papa caliente, con una deuda de 14.000 millones de euros, que convenía quitársela de delante lo antes posible por el procedimiento que fuera.

Parecen empeorar las perspectivas negativas que nos asolan por partida doble: de un lado, la prepotencia centralista; y de otro, la sumisión, resignación y desconocimiento de nuestros representantes locales para contrarrestarla.

Un caso gravemente significativo que, por cierto, aquí no ha tenido la más leve repercusión mediática, se produjo la semana pasada con el rechazo a una moción presentada por el senador de El Hierro Narvay Quintero, para que se retirase el AFIS de fin de semana en su aeropuerto y se restituyera el control ATC.

Presentados los datos económicos, lejos de cumplirse las expectativas prometidas, se han incrementado los gastos de personal un 16% con respecto a la estructura anterior. Salen el doble de caros los operarios de INECO (los del telefonito de sábado y domingo) que si ese servicio lo cubrieran controladores ATC. Algo no cuadra.

Lamentables son los vergonzosos argumentos esgrimidos por el senador Jaime Miguel Mateu Istúriz (PP) para intentar justificar su rechazo a la moción. Apoltronado en su mayoría absoluta, manifestó total desconocimiento técnico (fue capaz de alegar que se trata de un problema de seguridad que competía a AESA, la agencia de seguridad). Sus divagaciones numéricas indican alguna limitación aritmética o ausencia total de buena fe al respecto, por no hablar de su despótico discurso, al que puede accederse en el enlace correspondiente al diario de sesiones del Senado.

Tampoco en esta ocasión el señor. Quintero ha encontrado respaldo en las autoridades locales. Mientras, el señor Curbelo ahora parece inquieto por cómo vaya a afectarle a su aeropuerto la amenazante privatización de Aena.

Bravo por el señor Quintero. Cuente usted con el apoyo y reconocimiento de quienes algo sabemos de esto, como ha podido comprobar en las publicaciones especializadas.

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