1.- Güímar, la patria chica de Tita Díaz, su alcaldesa fallecida hace tres años, acaba de designar pregonero de la Bajada de la Virgen del Socorro a Ricardo Melchior, a quien cariñosamente algunos llaman Papa Noel. A mí me da igual lo que haga Güímar, yo sólo quiero recordar aquella carta que publicó Tita Díaz, poco tiempo antes de morir, titulada "Yo acuso", que este periódico publicó por decisión personal de su director, el querido y recordado José Rodríguez Ramírez. En esa carta, la alcaldesa y consejera del Cabildo hablaba de graves irregularidades en la gestión insular. Y el entonces presidente, que arremetió contra ella, era Ricardo Melchior. Me parece, pues, una falta de sensibilidad por parte del clero de Güímar y de su alcaldesa, Luisa Castro, designar pregonero del Socorro, la fiesta a la que tantas veces acudió Tita Díaz, a este señor. Es una opinión personal, no necesariamente la de este periódico. Yo escribo con mi firma arriba y esto no es un editorial. ¿Qué explicación dará la alcaldesa a todo esto, quizá que ella no tiene nada que ver, que es cosa de los curas, como ya anda diciendo?
2.- Nada que objetar si el pregonero fuera Carlos Alonso, el presidente actual del Cabildo, contra el que la alcadesa fallecida no tenía nada. Pero lo otro me parece, repito, cuando menos una falta de sensibilidad. ¿Recuerdan ustedes aquella carta, titulada "Yo acuso", que este periódico ofreció, destacada, firmada por Tita? ¿Recuerdan su valentía? Ella ya no está entre nosotros. Yo creo que fue una gran mujer que no se doblegó ante nadie. Ni siquiera sus cobardes compañeros de corporación del PP la dejaron que leyera esa carta en el pleno. La tuvo que dar a conocer a la opinión pública gracias a este periódico. Luego, murió.
3.- Luisa Castro es alcaldesa del PP. En pleno periodo electoral, los militantes se preguntan qué hace Ricardo Melchior "predicando" en Güímar. ¿Acaso Castro se pasará a Coalición Canaria en los próximos meses? ¿Estamos ante un caso cantado de transfuguismo? Yo no estoy en los asuntos internos de los partidos políticos, pero se me revuelven las tripas pensando en aquella señora, que ya no está entre nosotros. Creo que su memoria no merece este mal trago. Y ahora hagan lo que quieran, sobre sus conciencias caiga esta decisión tan descabellada.
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