1.- Ha dicho el alcalde de Valladolid que no le gusta subirse a un ascensor cuando está en él una mujer sola. Y esto le ha parecido mal a la activista , que promete mandarle sostenes al primer edil vallisoletano, por machista. No anda descabellado el munícipe porque en este país de tramposos cualquiera te puede montar un pollo. Y en este país de los juicios paralelos cualquier insinuación o denuncia se convierte en delito consumado. Así que a mí me parece bien que el alcalde tome sus precauciones, lo mismo que las debería tomar cualquier personaje con repercusión pública. Porque, repito, hay mucha mala leche. Abrumado por las críticas, el edil ha pedido perdón pero no sé por qué. Cada uno toma las precauciones que le apetece; a lo mejor lo que hay que hacer es tomarlas, pero no contarlas. Puede.

2.- Cada cosa que se haga o diga en España despierta controversia. Somos un país nervioso, ansioso de protagonismo y convulso, contradictorio y raro. Basta una denuncia para convertir a alguien en culpable. Basta una precaución para que te llamen machista. A mí me ponen a parir cada día en la Internet, pero no sólo el mariconazo que se ha enamorado de mí sino en otros lugares, no conformes con lo que escribo. A mí me la suda, yo siempre he escrito lo que me ha dado la gana, he elogiado a quien me sale de dentro y he hecho lo contrario cuando me apetecía, siempre aplicando lo que creía justo.

3.- El otro día fui a renovar el pasaporte a la comisaría de Robayna del Cuerpo Nacional de Policía. Cómo han cambiado las cosas. Gente super amable, trato exquisito, rapidez en el trámite y todo muy automatizado. Tenía cita a las nueve y cuarto de la mañana y salí con el pasaporte en la mano a las nueve menos diez, después de aparcar la moto en la puerta; y a las nueve y cinco estaba en mi casa, desayunándome. No se puede pedir más. Y, además, me atendió una señora encantadora que tiene una hija periodista. Salí de allí encantado. A los que piden recomendaciones para cualquier cosa, incluso para sacar el DNI, les digo que no vale la pena. Vaya a Internet, pidan cita, lleguen diez minutos antes de la hora y al momento tendrán en la mano esos documentos. Hemos cambiado... a mejor. La tristeza del fin de semana fue la derrota de los maletas del R.M.

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